Pocosol, en el carnaval de toros en Las Ventas
Curro Díaz resucita los oles el Domingo de Pascua con un ejemplar de Joselito de sensacional pitón izquierdo en medio de la nada brava
Todos los carteles antes de la Feria de San Isidro
Madrid
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Iniciar sesiónAhora que Jesús ha resucitado, que Dios nos coja confesados. Ahora que Jesús ha bajado de la cruz y camina para redimirnos de nuestros pecados, que pillemos a Dios con cobertura en San Isidro. Porque, visto lo visto este Domingo de Resurrección, se avecina ... una feria de blasfemias y hostilidades. «Tengan fe», pedía un aficionado. Y mucha se va a necesitar, que no son tiempos de lírica en el campo bravo. Andaba ya el 7 con la mosca detrás de la oreja desde que salió el primer toro de una corrida con tres hierros. Que acabaron siendo cinco... No será el único caso, pues se quejan los veedores de lo que cuesta encontrar toros esta temporada y los propios ganaderos han lanzado un 'SOS' por la difícil situación.
Así las cosas, mientras la Maestranza anunciaba primaveras, un torero sevillano confirmaba en Madrid. Y muy sevillano era el toro de la ceremonia. Un tacazo jabonero del Tajo, en el que prometió la expresión de Borja Jiménez a la verónica. Sabrosas las tres y media –¡qué media!– de Garrido en el quite, replicado por chicuelinas tras el notable puyazo de Manuel Jesús Ruiz. Se movía Deseadito, con sus cositas buenas. Borja las aprovechó en una cuna de trincherazos. Tras probar la derecha, cató el pitón de Deseadito, que era el zurdo, y adelantó la pierna en unos naturales bajo las órdenes de su apoderado. Voces que chocaban con el silencio de Espartaco, a su vera. De frente y a pies juntos siguió, con pintureros remates. Pero el noble jabonero se desinfló y la nada se hizo en la catedral. La espada acabó de emborronar ilusiones.
«¿Dónde está el toro de Madrid?», se preguntaron en el 7 cuando apareció el cortito segundo, hecho cuesta arriba y sin apenas cuello. Cuando dobló las manos vieron la ocasión para la devolución, pero no hubo modo. Curro Díaz brindó al público y se puso a torear. Muletazos cortitos. Pero con gusto. El cambio de mano traía un nosequé que ahondó en las almas. Por esa lentitud que trataba de imprimir siempre. En medio de la división, se perfiló para matar y enterró una señora estocada. De las que se recordarán este año.
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No se lo pensó dos veces el palco para devolver al tercero, protestado por fuera y por dentro. Como en Ramos, se notaba la querencia por ver el sobrero de... ¡Martín Lorca! Amplio velamen lucía el bajito castaño, mermado de fuerzas, que tampoco se libró del moquero verde. «¡Toro, toro!», gritaban los protestantes. Grandón, destartalado y feo era el siguiente cartucho, que pisó la arena sin divisa, lo que acrecentó la ira del sector más crítico. Tampoco andaba el tris para concursos de fortaleza, aunque la lidia de curandero de Chacón lo mantuvo en pie. Claro que Kuwaití no ofreció opciones a Garrido, que alargó y se anotó un innecesario recado.
Cuando asomó el cuarto, algunos ya pensaban en alistarse al club de Juan Pedro que aboga por las corridas de cuatro toros. La calle de las amarguras –y no las de Font de Anta– sonaba en Alcalá 237. El mitin con los palos acabó de arreglarlo. Menos mal que Curro resucitó los oles de Pascua con esa despaciosidad con la que recitaba cada embestida. Porque Curro no toreaba. Curro componía versos. Qué zurdazos desempolvó con Pocosol, un toro con la clase por bandera. De la de Joselito. Sensacional el pitón izquierdo, al que se afianzó el de Linares. A pies juntos arrancaba la serie, entre el arrebato y el desmayo, entre verticalidades y algodones, entre poemas de Lorca y Sabina. Sintiéndolo mucho, la estocada hizo guardia y se evaporó el premio. Porque de premio era esa coda, a la vera del 7, sellada con la excelencia de la naturalidad antes de dos cambios de mano soñados por la Giralda. Torerísimo se marchó de la cara del toro, arrastrado entre ovaciones. Y de gala las tributadas a Díaz, al que luego frenaron la vuelta al anillo.
Las Ventas
- Monumental de Madrid. Domingo de Resurrección, 9 de abril de 2023. 8.164 espectadores. Toros del Tajo (1º, noble, y 4º, de estupendo pitón zurdo), Martín Arranz (3º), Las Ramblas (2º, 5º y 6º), Martín Lorca (3ºbis) y Escribano Martín (3º tris), descastados y de pobre juego.
- Curro Díaz, de verde botella y oro. Gran estocada (saludos). En el cuarto, dos estocadas que hacen guardia. Aviso (saludos).
- José Garrido, de blanco y plata. Estocada caída tendida y descabello (saludos). En el quinto, dos pinchazos y estocada (silencio).
- Borja Jiménez, de rosa palo y oro. Pinchazo bajo, pinchazo y estocada desprendida. Aviso (silencio). En el sexto, estocada rinconera (silencio).
A su hermano Javier brindó Jiménez el quinto, para el que pedían la silla de ruedas. Tan mermado andaba que Borja, pese a sus buenas intenciones, no logró levantar el vuelo.
Cerró el Domingo de Resurrección madrileño uno de Las Ramblas bautizado como Pasacalle. Muy propio para el desfile de carnaval de toros que se vio. Pero sin 'ciudadesrodrigo', ni chirigotas ni alegrías, más allá de Curro y Pocosol. Como el estreno de MundotoroTV andaba ayer la casta brava. Con error 503.
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