Jarocho, ante su confirmación: «Merece la pena ser torero para dejar un recuerdo en la memoria del aficionado»

El viernes tenía pensado ir a la plaza para ver la corrida de Victoriano. «Así te metes en la tarde», comenta a pocas horas de hacer su presentación como matador en la primera plaza de toros, «pero prefiero estar tranquilo que andar deprisa y corriendo de un lado para otro». Aún tenía que ir al sastre a recoger el vestido que estrenará, y ultimar todos los detalles de cara a tan importante cita.

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-¿Cómo ha sido el primer año como matador de toros?

-Ha sido un año muy bonito. Independientemente del número de festejos que he toreado, creo que ha sido una temporada buena en la que día a día he podido mostrar el toreo que llevo dentro. Creo que se ha podido ver una evolución, he logrado adquirir esa madurez delante de la cara de los toros, y eso ha sido importante.

-¿Ha notado mucha diferencia entre el novillo y el toro?

-Sí, en la seriedad. El toro, independientemente del trapío que tenga, tiene una seriedad mayor, se le nota en la expresión de la mirada, en la manera que tiene de moverse por la plaza, en lo que hace en el ruedo, y sobre todo, todo lo que se le hace tiene mucha más importancia. La embestida también cambia, es más seria, en muchos casos más profunda. Todavía seguiré encontrando matices que diferencian el toro del novillo, pero esas son las principales que he sentido durante este primer año.

-¿Ha superado las expectativas o ha sido duro verse parado?

-Cuando uno no se ve anunciado es duro, pero luego las sensaciones que he vivido delante de la cara del toro han recompensado todo, y creo que ha sido una temporada muy importante para mí, en la que he sentido cosas delante de los toros que no creía que era capaz de sentir, y creo que he podido dar una dimensión de mí que no creía que podía dar.

-No está mal llegar en este momento a Madrid, entonces, con esas sensaciones.

-Todos los toreros decimos lo mismo: que llegamos en un momento bueno, que es el mejor momento de la temporada o de la vida… Pero yo en los últimos días tanto en el campo, como los últimos festejos que he podido torear, he tenido sensaciones muy buenas. Toreando de salón, igual, siento que mi toreo está adquiriendo una profundidad mayor, una dimensión mayor, creo que estoy incorporando más variedad a mi tauromaquia, sobre todo, sin perder ese toreo personal, que creo que es lo que me diferencia. Ojalá mañana pueda demostrarlo ante la gente en la primera plaza del mundo, y que pueda ser una tarde bonita.

-Decía que este año no ha resultado muy prolífico en cuanto a festejos, pero sí han sido carteles importantes, como el de Navaluenga, en el que compartió tarde con Morante. ¿Qué se siente al hacer el paseíllo al lado del maestro?

-Gracias a Dios lo que he toreado han sido en carteles muy bonitos que me han despertado mucha ilusión, y me he sentido un privilegiado por hacer el paseíllo arropado por figuras del toreo. El torear con Morante fue uno de los mayores sueños que tenía, fue muy especial, muy bonito. He crecido viendo torear a Morante, creo que es el torero más completo de la historia, y es la fuente de la que todos bebemos. El poder hacer el paseíllo con él fue muy especial. Son recuerdos que siempre guardaré para mí. Además, pude brindarle la muerte de un toro y compartir la salida a hombros con él. Fue una tarde muy emotiva y espero que pueda torear alguna más con él el resto de mi vida.

-Tampoco está mal el cartel de su confirmación: hará el paseíllo junto a Talavante y Aguado, para estoquear una corrida de Domingo Hernández.

-Me hace mucha ilusión, porque son dos toreros a los que admiro muchísimo y que están en un gran momento. Estoy deseando que los tres podamos expresarnos tal y como somos, que la gente disfrute, se emocione, y recuerde la tarde, con el tiempo, como una tarde bonita.

-Como todavía se sigue recordando su puerta grande de novillero.

-Pues sí, es bonito cuando casi dos años después la gente me sigue recordando los muletazos con la mano izquierda, o momentos de la faena. Es por lo que creo que nos merece la pena torear a los toreros, por ser capaces de dejarle un mensaje o un recuerdo en la memoria al aficionado.

-Desde entonces, o ya antes, tiene a esa afición pendiente de usted. ¿Eso responsabiliza o ilusiona?

-Eso es una ilusión. El ver que la gente espera algo de ti, que va a las plazas a verte con la intención de que con tu toreo puedas emocionarles es algo muy bonito. Por supuesto que es una responsabilidad, porque no todas las tardes salen las cosas como nos gustarían, y uno se siente en deuda con ese aficionado que va a la plaza. Muchas tardes no podemos darles todo lo que nos gustaría. Pero es algo muy bonito, por lo que estoy muy contento de que haya gente ilusionada por mí, y estoy seguro de que tarde o temprano podré recompensarles, toreando, todo lo que hacen por mí y el cariño que me muestran día a día.

-¿Cómo se prepara uno mentalmente para confirmar?

-La mente juega un papel muy importante. El intentar llegar con la mente despejada, en calma, con las cosas claras, es fundamental. Intentas preparar la tarde para que, cuando llegue el momento, fluya de la mejor manera posible, e intentar disfrutar al máximo de todos los matices que conlleva tanta responsabilidad. Sobre todo, el tener esa tranquilidad y esa paz interior de que cuando salte el toro al ruedo, seas capaz mostrarte tal y como eres, y no verte influido por numerosas cosas que puede haber un día de tanta relevancia, como es la confirmación en Madrid.

-¿Qué espera de la temporada que viene?

-La verdad es que no pienso más allá del sábado. Espero que sea importante para mí, espero que gracias a esta tarde se me puedan abrir muchas puertas. También va a depender el año que viene de eso. Sobre todo espero disfrutar, mostrarme tal y como soy, y la gente pueda ver el tipo de torero que soy, y el que creo que puedo llegar a ser. No pienso más allá de eso. Que sea una tarde bonita, y que se me puedan abrir las puertas de las ferias el año que viene. Poco a poco, ir toreando, que es lo que más me gusta, es lo que me llena, y es lo que me hace feliz.