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ABC Cultural

Feria de Otoño

Emilio de Justo resucita por la Puerta Grande en una corrida «de ricos»

Con dos costillas rotas tras un dramático percanc, apasiona con una faena sin ayuda y logra su quinta gloria, en una salida a hombros más sentimental que exigente por la mácula de la espada, en una lujosa corrida de Victoriano de ricos, arrastrada casi intacta. De consagración el lote de Rufo (¡ay, Carterista!); importante dimensión de Jiménez sin rematar

Un prometedor Osornio con el público sin cobertura

Emiilio de Justo en su salida a hombros de Las Ventas TAnia Sieira
Rosario Pérez

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Sonó un trueno infernal, un estruendo mortal y rosa, cuyo eco aún zumba en el tímpano. Un estallido que conmocionó Madrid cuando Pudoroso prendió por el muslo a Emilio de Justo en la primera serie diestra. Apuntaban al cielo los pitones, que no perdonaron ... la violenta cogida. Porque cada vez que un toro roza el cuerpo del cacereño es para reventarlo. Qué palizón. No contentas las dagas de silbar en el triángulo de Scarpa, acariciaron la zona que cubre el fajín y golpearon las costillas. Inerte quedó el torero, envuelto en un capote. Mortal y rosa. Como el percance. Los brazos de las cuadrillas, convertidos en una camilla de plata, llevaron a la enfermería al hombre que vestía de oro, cargadísimo de oro su terno verde Extremadura. Con el rostro pálido, grogui, desmadejado sobre aquellos que lo trasladaban hasta las manos del doctor Padrós. Conmocionada toda la plaza, sin versos para aliviar la verdad del toro, el que mata, el que hiere, el que deja en una silla de ruedas, como aquel de Pallarés de la encerrona... Una imagen, ya dentro del callejón, para olvidar, pero difícil de borrar. No se vislumbraba desde el tendido sangre, pero la cornada se presentía. Su apoderado nos anunció el milagro: no había herida por asta, aunque sí una dolorosa lesión costal, con posible fisura o fractura. Los médicos le recomendaron viajar al hospital para hacerle un estudio, pero De Justo, al que le faltaba el aire, sin apenas poder sostener una muleta, dijo que saldría.

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