Javier Perianes rinde homenaje a Alicia de Larrocha: «Estamos hablando de una leyenda internacional»

Sin embargo, no es el estrés lo que le hace hablar a un 'tempo presto', sino el entusiasmo que destila y desborda las palabras del músico, probablemente el pianista español más relevante de la actualidad. Viaja estos días con partituras de Clara Schumann ('Variaciones sobre un tema de Schumann Op. 20'), Robert Schumann ('Quasi Variazioni: Andantino de Clara Wieck op. 14' [Sonata No. 3]), Johannes Brahms ('Variaciones sobre un tema de Schumann op. 9') y Enrique Granados ('Goyescas'), las piezas que componen el repertorio de sus recitales.

El que ofrecerá el martes 18 en el Auditorio Nacional, en Madrid, tiene un significado especial añadido, ya que Perianes se suma al homenaje que la Fundación Scherzo rinde a Alicia de Larrocha en el centenario de su nacimiento. «Ha sido una casualidad que haya coincidido este homenaje con que en mi recital estuvieran incluidas las 'Goyescas', una obra absolutamente icónica en las manos de Alicia de Larrocha». «Bueno, como tantas obras de otros muchísimos compositores -añade tras unos instantes de pausa-: Mozart, Rachmaninov, Ravel... Alicia era una todoterreno y todo lo tocaba a un nivel realmente estratosférico».

Javier Perianes se pone (metafóricamente) de pie para hablar de la pianista barcelonesa, un «referente ineludible no solo en el pianismo español, sino también en el pianismo internacional; Alicia de Larrocha es una figura venerada, admirada y apreciada enEstados Unidos, en Japón, en Australia... Prácticamente en todo el mundo. Participó siete veces en los conciertos de los Proms de Londres, tocó durante treinta y cinco años, de manera interrumpida, con todas las grandes orquestas estadounidenses: Chicago, Cleveland, Nueva York, Los Ángeles... Estamos hablando de una leyenda a nivel internacional».

Para un pianista español, añade Javier Perianes, haber tenido a una figura como ella en la élite del pianismo mundial es sin duda «un motivo de máximo orgullo. Nos quedaríamos cortos -añade- si la redujéramos al repertorio español; en Estados Unidos era conocida sobre todo por sus interpretaciones de Mozart; le apodaron incluso 'Madame Mozart'; no 'Madame Albéniz' ni 'Madame Granados'... Alicia de Larrocha tocaba de todo; hay una grabación legendaria del Tercer concierto de Rachmaninov con dirección de André Previn en el Carnegie Hall... Estamos hablando de una gran leyenda».

Cuando se le pregunta a Javier Perianes qué destacaría de Alicia de Larrocha, lo que más admira en su manera de tocar el piano, no duda un instante: «Todo. Tenía un sentido del ritmo interno espectacular, un sonido absolutamente precioso, poético, un mecanismo y un virtuosismo absolutamente contrastados y de primer nivel...» Pero concreta. «Si me pide que destaque un solo aspecto, me quedo con su sentido del ritmo y del color, que era absolutamente extraordinario e incomparable».

El programa que interpreta Javier Perianes en esta gira concluye con 'Goyescas', de Granados, uno de los grandes monumentos del pianismo español, y del que Alicia de Larrocha dejó una interpretación modélica. El onubense llevaba varios años detrás de la partitura, que grabará para el sello Harmonia Mundi a finales de este mes.

Considera que 'Goyescas' es, junto a 'Iberia', de Iaac Albéniz, las dos cimas del pianismo español. «Y sumaría otra tercera, que no por ser más corta es menos compleja: la 'Fantasía Bética', de Manuel de Falla, y tal vez las 'Cuatro piezas españolas' del mismo autor. Son nuestros ochomiles, cada una con su color, sus dificultades, sus retos diferentes, y con el sello indeleble de cada compositor y cada estilo».

'Goyescas' -una obra compuesta en 1911 e inspirada, claro, en la obra de Francisco de Goya- va a acompañar este año y el próximo a Javier Perianes -«o yo la voy a acompañar a ella, según se mire»- por todo el mundo; «la tocaré en Sidney, en Canadá, en Estados Unidos... Está siendo ya un viaje precioso». Señala de la partitura que «evidentemente es una obra mecánicamente complicada, compleja, pero también lo es la propia narrativa; estar durante casi cincuenta minutos pasando por muchos estados de ánimo, por esos requiebros elegantes y a la vez flexibles que ilustran la conquista de la Maja; el 'Fandango del Candil', que es el único momento en que yo diría que Granados se pone 'el traje andaluz'; esa obra maestra maravillosa que es 'La maja y el ruiseñor'; el momento más dramático y para mí el punto culminante de la serie, que es 'El amor y la muerte'; y ese curiosísimo epílogo que es la 'Serenata del espectro'... Mantener toda esa tensión emocional en una obra que es pura improvisación también, y combinarla con toda la narrativa y la historia que oculta 'Goyescas' no deja de ser una aventura y un viaje fascinante».

¿Era el momento de abordar 'Goyescas'? «No lo sé, yo la quería tocar y grabar desde hace varios años. No sé si es el momento o no; lo que sé es que estoy disfrutando enormemente, porque es un viaje precioso. En cada concierto voy descubriendo nuevas esquinas, nuevos secretos -por lo menos para mi, claro-... Disfrutas de la evolución de la obra y de cómo crece en mí. de cómo la voy entendiendo. Es una obra maestra y la estoy disfrutando enormemente».