El Teatro Real hace las Américas
La Orquesta del coliseo madrileño ofreció un concierto en el legendario Carnegie Hall neoyorquino arropada por numerosas personalidades, entre ellas la Reina Doña Sofía
Enviado especial a Nueva York
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Iniciar sesiónLos luminosos de Times Square anuncian que ha empezado a celebrarse en Nueva York el mes de la herencia hispánica (Spanish Heritage Month). Tan solo unas calles más al norte, en la esquina de la Séptima Avenida con la Calle 57, donde se levanta ... el Carnegie Hall, la legendaria sala de conciertos neoyorquina, esa herencia se manifestaba en la visita que el Teatro Real ha rendido a la ciudad de los rascacielos, con un concierto protagonizado por su orquesta, bajo la batuta de Juan José Mena, y dos solistas españoles de renombre: la soprano Sabina Puértolas y el pianista Javier Perianes. En los atriles, como no podía ser de otro modo, música de Manuel de Falla, Isaac Albéniz, Amadeo Vives, Pablo Sorozábal, Federico Chueca y Gerónimo Giménez; una estupenda alineación para una noche de 'Celebración de la música española', título del concierto ofrecido.
En realidad, ha sido mucho más que un simple concierto. El Teatro Real, con clara «vocación internacional», como ha vuelto a repetir Gregorio Marañón, presidente de la fundación que rige el coliseo madrileño, se ha lanzado a hacer las Américas, una de sus «asignaturas pendientes»; y para ello ha aderezado este primer concierto -saldado con un gran éxito-, con un boato excepcional.
Por un lado, por el patrocinio de dos empresas, Iberia y El Corte Inglés, que se han volcado en el acontecimiento; y por otro al lograr el apoyo, por una parte de la Reina Doña Sofía; del Ayuntamiento de Madrid, con el alcalde, José Luis Martínez Almeida, a la cabeza, por otro; y de distintas personalidades, como el alcalde de Nueva York, Eric Adams; el empresario estadounidense David Rockefeller; Eduardo Fernández Palomares, subsecretario del Ministerio de Cultura; el embajador de España en Estados Unidos, Charles Brown; la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz; el cardiólogo Valentín Fuster; y las actrices Silvia Marsó y Natalia Millán, que junto al jugador de baloncesto José Manuel Calderón, también presente son padrinos del proyecto de Iberia Talento a Bordo.
Aunque como afirma Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, la colaboración con distintos teatros estadounidenses, como el MET neoyorquino y las Óperas de San Francisco y Chicago, entre otras, es numerosa y se extiende tanto a la estrategia como a los cantantes y, sobre todo, las coproducciones, el país de las barras y estrellas es el próximo objetivo del Teatro Real. Ignacio García Belenguer, director general del coliseo, lo señala como un referente de la marca España; con esa intención este desembarco, que va a tener una extensión del ciclo Flamenco Real, que se desarrolla hace varias temporadas. Bajo el título Authentic Flamenco, los bailaores Amador Rojas y Yolanda Osuna van a realizar una gira de más de sesenta funciones que les llevará a Washington y Dallas. La preciosa sede de la Fundación Ángel Orensanz, una antigua sinagoga desacralizada y situada en el Lower Manhattan sirvió como prólogo a la gira y al concierto del Carnegie Hall.
Y éste tenía visos de acontecimiento, al menos para la numerosa colonia española presente en la célebre sala de conciertos (hubo, según García Belenguer, unas 1.400 entradas vendidas en taquilla, de las 2.500 localidades del local); por ella ha pasado todo el quién es quién del mundo de la música, y no solo la clásica. Matabosch recuerda que Judy Garland ofreció allí el concierto más emblemático de su carrera, cuya grabación fue durante mucho tiempo -hasta la llegada de los Beatles- el disco más vendido.
No es la primera vez que en el Carnegie Hall se escucha música española, pero sí es, señala Matabosch, un repertorio infrecuente. Sin embargo, de las tres veces que el onubense Javier Perianes, el más internacional sin duda de nuestros pianistas, ha tocado en la sala principal del Carnegie, en dos de ellas ha interpretado 'Noches en los jardines de España', de Manuel de Falla. Lo hizo en 2016 y lo ha hecho en el concierto del jueves junto a la Orquesta del Teatro Real, siempre con su precisión, su atención al detalle y su conocimiento profundo de la evocadora partitura.
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El programa incluía también las dos suites de 'El sombrero de tres picos', de Falla, que abrieron y cerraron la velada (tan metido en la música estaba Juan José Mena que incluso esbozó unos pasos de baile en la contagiosa 'Jota' final; el Intermedio de 'La vida breve', también del músico granadino; tres piezas de la 'Iberia', de Albéniz, en la orquestación de Enrique Fernández Arbós (titular, durante muchos años, de la Orquesta Sinfónica de Madrid, actual titular del Teatro Real, por lo que había un componente sentimental en esta elección); y, finalmente -fue lo que levantó el ánimo del público- cuatro fragmentos de zarzuela.
La soprano Sabina Puértolas cantó romanzas de 'Doña Francisquita', 'La tabernera del puerto' y 'El barbero de Sevilla' (más las 'Carceleras' de 'Las hijas de Zebedeo' como propina), sobrada de calidad y facultades, con perfectos agudos y agilidades; se la veía feliz, bailona y disfrutona, y contagió su alegría tanto al público como al maestro y a la propia orquesta, que cerró la velada con el 'Intermedio' de 'Las bodas de Luis Alonso'.
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