«Una boda es como una obra de teatro, la gente se pasa un montón»

El secreto de esta representación está en un esperpento que despierta empatía ; personajes tan extremos, que se dan la vuelta para volver a tocarse con la realidad. Así lo explican tres de sus protagonistas: Alexandra González, Annabel Totusaus y María Garrido.

«Una boda es como una obra de teatro, la gente se pasa un montón» asegura González. Con «Campanadas de boda» toda la compañía se aficionó a curiosear en bodas ajenas, una experiencia que les ha servido para hacer crecer a sus personajes tratando de que la realidad no supere a la ficción: «a veces hemos hecho cambios de vestuario al ver que nos estábamos quedando cortos».

Para Garrido, esta relación tan estrecha del espectáculo con la vida cotidiana se cumple a rajatabla con una exigencia del director a sus actores : «Jordi lo que pide es verdad, siempre. Que no parezca un texto aprendido, encontrar la manera de hacerlo verosímil». Y es que las tres coinciden en señalar que acudir a este espectáculo, no dista mucho de ir como invitado a una boda más: se cumplen los estereotipos, los vestidos, las costumbres... solo que «un poco más friki»

Tras una entrevista-espectáculo en la redacción de ABC.es , Totusaus confiesa que la improvisación y el desparpajo son importantes en las ruedas de prensa y con los medios pero, en el escenario «está todo muy medido, absolutamente calculado. La gente sale diciendo: "he pasado dos horas que me he olvidado de todo, como una terapia". El verdadero secreto de este espectáculo es que la gente se va muy contenta».