De odiar viajar al pelotazo con 'Civitatis': la aventura del gigante turístico que te dice qué visitar en 160 países
EL VERANO QUE DI EL PELOTAZO
Alberto Gutiérrez es el creador de 'Civitatis', una página web de guías de viajes que se ha convertido en una referencia en el sector
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Alberto Gutiérrez, en la Puerta del Sol de Madrid
Cuenta Alberto Gutiérrez que, viajen donde viajen, «amigos, enemigos y desconocidos» le llaman para pedir recomendaciones. «Se creen que yo sé de todo», bromea. Aunque basta conocer un poco su agenda para pensar igual que quienes le preguntan.
Acaba de venir de República ... del Congo, en una semanas vuela a Bali, más adelante a India y entre medias a un destino secreto precisamente con sus amigos. Como ellos no lo saben, no lo publicaremos aquí. Bastante que le hemos pillado en Madrid para esta entrevista que arranca con minitour.
El sol aprieta en Sol. Ola de calor. Pero ahí están los turistas. Se mueven entre el Kilómetro cero, el oso y el madroño y el reloj de la Casa de Correos. Los que van con guía sabrán que la plaza se llama así, Puerta del Sol, porque en ella, en tiempos de la muralla, había una puerta con un dibujo del astro rey. Prácticamente todos los que escuchan han salido de la cercana calle Montera, de una esquina con un cartel con letras magenta. Pone Civitatis.
OTROS PELOTAZOS DEL VERANO
Es la tienda madrileña de una plataforma que vende experiencias turísticas en más de 160 países: excursiones, tours, viajes en helicóptero, paseos en barco, entradas de musicales... «Todo lo que no es hotel y vuelo», dice su fundador, el vallisoletano Alberto Gutiérrez. A sus 40 años ya ha vivido dos vidas. La segunda, la que hoy tiene, empezó con una obsesión: conseguir 200 euros al mes para viajar. Hoy factura esa cifra, pero en millones.
La primera vida, que ayuda a entender la segunda, empezó con un ordenador. A los 16 años Alberto se hizo autónomo. Desarrollaba webs de música y videojuegos. «Debí de ser uno de los primeros en tener internet en Valladolid. Ganaba unas 160.000 pesetas al mes [el sueldo medio en España ese año estaba en 220.000 pesetas], muy bien para alguien que estaba en el instituto», recuerda ya desde el cuartel general de su compañía. Es un edificio rehabilitado de Montera que conoció apuntalado. Hoy, una oficina diáfana y luminosa. Alberto Gutiérrez tiene 270 empleados.
Ni se le pasó por la cabeza en 1998 cuando bautizó con ese nombre su web. «Monté una página para alojar webs de forma gratuita y la llamé Civitatis». El negocio, la publicidad. «Llegué a las 3.000 páginas alojadas», recuerda. Pero, zas, la crisis de las punto.com. «El dinero se esfumó». Fin de la primera vida.
Gutiérrez, tras el mostrador de su empresa, Civitatis
Pasó una década antes de la siguiente. Entre medias estudió Informática en Valladolid, trabajó para Indra y SAP, se mudó a Madrid... Hasta que en 2008 un viaje le cambió la vida. No era muy de viajar; de hecho, asegura que se preguntaba a veces, casi en tono existencial, «¿por qué viaja la gente con bien que se está en casa?» Cuando se vio delante del Coliseo romano lo entendió. «Habíamos cogido un vuelo barato de Ryanair, cinco euros, ¡qué tiempos! Por ese precio podíamos elegir Roma o Bruselas, yo casi prefería Bruselas, pero llamé a mi madre y dijo Roma».
Cuando la llamó de vuelta y le explicó todo lo que había visitado en unos días, ella no lo creyó. «Soy muy planificador. Planificación extrema. Hago un millón de cosas al día con los horarios bien calculados. Me levantaba a las 8 y hasta las 12 de la noche no dejaba de andar, soy de viajes muy paliza», afirma. Como él, recuerda, millones de turistas.
«Antes me preguntaba por qué viajaba la gente con lo bien que se está en casa»
A la vuelta lo tuvo claro. Quería más. Viajar al menos una vez al mes. Para eso, calculó, necesitaba unos 200 euros y pensó sacarlos de los mismos viajes. Rentabilizarlos. «Me dije: voy a hacer webs, a posicionarlas en internet, y cuando tenga tráfico vendo publicidad, hoteles con Booking, vuelos.. Lo que conocía de mi época anterior».
Así nacieron www.disfrutavenecia.com, www.disfrutapraga.com y www.disfrutanuevayork.com. No eran blogs. Eran guías. Incide. «Específicas de cada ciudad. Me iba siete u ocho días a cada destino». Empezó eligiendo ciudades con vuelos baratos: allí donde iban Ryanair, Vueling, Easyjet…
En 2009, un guía le escribió para ponerle un banner en su web de Praga. A la semana siguiente se vio con él en la capital checa. En una cata de cervezas: «Le comenté que en vez de ponerle un banner prefería vender sus servicios con una comisión». Desarrolló el sistema de venta y publicó sus servicios. «El primer día se vendió un tour, al siguiente un par más, al siguiente más...» Aquel verano supo que el negocio funcionaba.
Hoy Carlos Torres, aquel guía de Praga, un profesor universitario que entró el mundo del turismo para sacarse un sobresueldo, tiene su propia empresa: «Compró una furgoneta, metió a su mujer y a su hija, compró otra furgoneta...» La historia de los guías que han crecido junto con Civitatis, explica Gutiérrez, se repite en otros países como Marruecos, con tres hermanos que empezaron con tres coches y «hoy poseen un hotel, dos campamentos en el desierto y varios autobuses».
Tras aquel 2009, Alberto comenzó a comprar «dominios más premium: www.paris.es, www.londres.es...» A partir de 2013 aglutinó todo bajo aquella web que había creado años antes: Civitatis. En 2014 abrió su primera oficina. En Madrid.
Uno de los productos en los que Civitatis es líder -«o eso dicen los proveedores»- es el 'free-tour'. Un recorrido turístico sin precio fijo en el que el visitante paga al final lo que considere. «No lo inventamos nosotros, fueron unos alemanes, pero sin duda lo hemos popularizado nosotros. Es un concepto muy curioso, hay quien lo tiene asociado al interrail, pero luego ves que en Nueva York te reservan un 'free tour' y un viaje en helicóptero. Da igual el nivel económico».
En total, Civitatis ofrece 80.000 experiencias: guías privados, excursiones de un día… No cuentan países, sino destinos: «Tenemos más de 3.500·, cifra Gutiérrez. Su política es una localidad, un destino. «Calpe y Altea (Alicante)», explica, «son sitios que reciben un montón de turismo».
Inicialmente, reconoce, no lo vio así: «No estaban en mi cabeza, como sí destinos más internacionales como Londres y Nueva York, que siguen siendo líderes, pero los pequeños suman y mucho». Es un mercado, dice, que Civitatis tiene bien cubierto en España. Quiere exportar el modelo a Portugal, Francia, Brasil…. Sin descuidar sus superventas internacionales: «El tour de contrastes de Nueva York, el del Vaticano en Roma, la excursión a Toledo desde Madrid...»
Una de las claves de su crecimiento se llama español. Antes de que Civitatis llegara, explica, el mercado de excursiones y tours en nuestro idioma no estaba desarrollado en muchos destinos internacionales. «Me va bien que los españoles no sepan mucho inglés», bromea. Pero lo que le va bien, sobre todo, es el volumen de turistas hispanohablantes que se mueven por el planeta. A su vez, también ofrecen servicios en inglés, francés, italiano y portugués, dependiendo del destino. En 2022 superaron los seis millones de clientes. Este 2023 esperan alcanzar los 10 millones.
Otros 'Veranos del pelotazo'
-¿Hay tanto mercado para crecer?
-Esto siempre ha sido muy 'offline': la gente llegaba al destino, preguntaba qué hacer en el hotel o en la oficina de turismo y se iba a reservar directamente una entrada al teatro. La mentalidad de la gente también está cambiando, quiere aprovechar el tiempo y puede fiarse de nosotros. Si contratas en el hotel, es lo que te vende el recepcionista. Hay cincuenta excursiones a la Alhambra, pero en la nuestra hemos verificado que las opiniones son buenas, que el precio es bueno, que hay disponibilidad.
Recuerda que en Civitatis, como en Booking con los hoteles, sólo pueden puntuar y escribir reseñas quienes han participado en las actividades. «La gente quiere información real, estamos con la inteligencia artificial todo los días pero lo que hay que aplicar es la inteligencia humana. El sentido común. ¿Qué quiere la gente? Ver las diez cosas esenciales y que te recomienden la mejor excursión».
Viajero empedernido y empresario avezado, la suya es una visión global de la economía turística.
«Si a una ciudad como Barcelona le quitas los cruceros le quitas una economía muy importante»
-¿Qué hacer con la turismofobia?
-Si le quitas a Barcelona los cruceros le quitas una economía muy importante. La gente no tiene en cuenta que les influye aunque tengan una zapatería: gracias al turismo tus clientes tienen más dinero. La turismofobia, sí, claro que incordia que haya tanta gente. El año pasado visité Egipto, en algunos templos no podías ni estar, y ahí estaban los egipcios, encantados de recuperar su turismo, su fuente de ingresos número uno. El mercado siempre puede ayudar a regular: ahora todo está carísimo y si Venecia está carísimo no todo el mundo puede ir. Y además, viene crisis.
-¿Cómo que crisis?
-Todo el mundo habla de una recesión. Con la Reserva Federal subiendo los tipos, ahogando a la gente mientras sigue un consumo muy alto… Esto en algún momento se va a dar la vuelta. El ahorro que hubo durante el Covid ya se ha esfumado.
-¿Hemos turisteado más después del Covid?
-Yo predije un 'turismo de revancha'. No sé si es por eso, porque hay países como EE.UU. que aún no han recuperado sus niveles de turismo internacional de antes de la pandemia.
Él, asegura, se pasaría la vida viajando. Entre sus destinos preferidos, esos para visitar una vez al año, África. Y aún no sabemos si será ahí donde se va a llevar a sus amigos.