El número dos de Urtasun: «La cultura debe combatir los grandes sesgos del mundo contemporáneo»
Jordi Martí defiende enfocar las políticas ministeriales hacia temas como el feminismo, la desigualdad o la diversidad
Una directora general de Urtasun: «América Latina está más avanzada en derechos culturales que España»
Jordi Martí, secretario de Estado de Cultura, en una imagen de archivo
El secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, defendió este martes la apuesta del ministerio por los 'derechos culturales' porque son la caja de herramientas que tiene la cultura para «combatir los grandes sesgos que tiene el mundo contemporáneo»: sesgos de género, de ... desigualdad, de diversidad, de origen, de territorio, de sostenibilidad... «Cuando hablamos de derechos culturales simplemente lo que decimos es que vamos a utilizar la cultura como una caja de herramientas que nos sirva para arreglar, para mejorar, para equilibrar, estos sesgos», añadió durante su comparecencia ante la Comisión de Cultura del Congreso.
Martí, en su primera visita a la Cámara Baja desde que asumió el cargo, hace más de un año y medio, hizo un balance optimista de la gestión de Sumar en el ministerio y no le quedó más remedio que referirse a los derechos culturales. Ernest Urtasun ha fijado desde el primer día el llamado 'plan de derechos culturales' como una de sus grandes prioridades, pero, tantos meses después, apenas se conocen detalles. La directora general dedicada a estos temas, Jazmín Beirak, contaba con presentar este mes de mayo ese plan que debe regir el grueso de las políticas ministeriales.
Sobre cuándo presentará el ministerio su prometido plan no dijo nada Martí, pero sí defendió su necesidad. «Porque, señores, hay sesgos en el ámbito cultural. Hay sesgos de género, hay sesgos de desigualdad, hay sesgos de diversidad, hay sesgos de territorio. El reto demográfico tiene sesgos culturales. Hay sesgos, hay una necesidad de utilizar la cultura para combatir la sostenibilidad, para favorecer la sostenibilidad ambiental. Hay temas importantes como cultura y salud. Hay temas relacionados con los sesgos en relación con la cultura digital», dijo el número dos de Urtasun en una de sus intervenciones.
Según Jordi Martí, la normativa vigente es insuficiente para corregir estos desequilibrios. «Veamos cuántas mujeres dirigen espectáculos o películas y se darán cuenta de que hay un sesgo de la misma forma que lo hay en las cifras de los grupos de investigación científica». Por ello, avanzó el secretario de Estado, en la próxima cita de Mondiacult, que se celebrará en Barcelona, se va a aprobar una declaración que elevará los derechos culturales a rango global: «Lo están haciendo todos los países más avanzados en políticas culturales en Europa, en Latinoamérica. La cultura tiene que ser útil para los retos que el mundo contemporáneo tiene».
Esta línea programática orientada hacia los derechos culturales, añadió Martí, busca también «defender los derechos de autor y el derecho a la libertad de expresión». En esa línea, Jorge Pueyo, diputado de Sumar, aplaudió que el ministerio esté luchando «contra la censura del Partido Popular y Vox». «La cultura woke es la campeona mundial de la censura. Aquí no se puede hablar de prácticamente nada que moleste a sus señorías de izquierdas», le replicó Joaquín Robles, de Vox.
El secretario de Estado defendió asimismo que entre los objetivos de los derechos culturales está el de garantizar el derecho al acceso a la cultura: «El acceso a la cultura se defiende a través de los museos, de los programas públicos y de tantísimas actividades que conectan a los más pequeños y jóvenes con los lenguajes artísticos». El ministerio de Urtasun trabajará también por el derecho a la participación en la vida cultural: «Cualquier ciudadano no solo es receptor cultural, sino que también es emisor cultural».
«Cuando yo digo que hay sesgos en nuestras programaciones, sesgos de género, sesgos de origen, sesgos de clase, es que no estamos cumpliendo bien el derecho cultural a la participación en la vida cultural», cerró el secretario de Estado. «No estamos inventando nada. Las políticas culturales a nivel internacional lo que están haciendo es 'back to basics'. Vuelven al elemento central que las define».