Urtasun gasta 3,4 millones en promocionar sus derechos culturales (lo que cuesta salvar Velintonia)

El departamento que dirige Urtasun informa de esta inversión en la campaña en una respuesta parlamentaria a una pregunta efectuada por el PP. El principal partido de la oposición quería saber los detalles de la licitación lanzada en junio del año pasado, por valor de 172.667 euros, para la contratación del servicio de creatividad de la campaña 'Derechos Culturales'. Esa licitación no incluía el plan de medios, que ahora se sabe que ascendió a 3,4 millones. En total, 3,6 millones para publicitar la creación de una nueva Dirección General de Derechos Culturales, a cargo de Jazmín Beirak, que antes de llegar al ministerio se desempeñaba como diputada de Más Madrid en la Asamblea. Ese presupuesto de 3,4 millones se ha distribuido de la siguiente manera: 32 por ciento para medios digitales, 22 por ciento para televisión, 16 por ciento para medios gráficos, 15 por ciento para radio y otro 15 por ciento para publicidad exterior.

«Promover los derechos culturales es importante para que todas las personas puedan participar plenamente en la sociedad, presentando la cultura como una herramienta poderosa para imaginar, cooperar, expresar y crear vínculos», justifica el Ministerio de Cultura en su respuesta parlamentaria al PP. «La necesidad de una campaña de derechos culturales surge de la comprensión de la cultura como un derecho humano esencial», añade, y cita dos objetivos de la campaña. El primero: «Expandir la percepción de la cultura hacia una visión más cotidiana e inclusiva y fomentando la participación activa de la ciudadanía». El segundo: «Generar familiaridad con el término 'derechos culturales', reconociendo la cultura como un derecho fundamental al mismo nivel que otros derechos ya establecidos y vinculándolo a mejoras significativas en aspectos como la igualdad, la justicia social y el bienestar general».

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Jaime G. Mora

El lema elegido para la campaña fue 'La cultura está en ti, está en todo. Accede. Crea. Disfruta'. «Al ser un marco relativamente nuevo en el ámbito de las políticas públicas, el Ministerio de Cultura considera clave impulsar una campaña para su difusión», señala la Dirección General en su página web. Cultura asegura que hay una «cierta distancia social» debido a la falta de representatividad y acceso equitativo a la producción y disfrute de la cultura: «Por esta razón, esta campaña sobre derechos culturales tiene la vocación de promover una comprensión más amplia de la cultura: 'La cultura está en ti, está en todo'». En la licitación de la campaña, Cultura explicaba su proyecto con muchos ejemplos. Hacer cultura, se decía en ese documento, es contar un cuento a una hija para que se duerma, cantar en un karaoke, subir a redes una coreografía grabada en un parque, contar chistes, compartir memes, escuchar canciones por penas de amor, cocinar el plato de la bisabuela o bailar con «nuestro grupo de sicuri».

Este plan de derechos culturales, que Urtasun debería concretar en el mes de mayo, iba a ser una ley, pero tras llegar al ministerio, el también portavoz de Sumar optó por reducirlo a un plan que iría lanzando distintos programas a través de una suerte de 'súper dirección general' de nueva creación que articula las líneas de trabajo del resto de unidades. El ministerio abrió el año pasado un proceso participativo para la redacción de un documento final con trece ejes temáticos conectados entre sí: desarrollo local y acción comunitaria, educación, mediación cultural, igualdad de género, diversidad étnico-racial, diversidad lingüística, discapacidad, desigualdad, cultura intergeneracional, sostenibilidad y Agenda 2030, derechos digitales, evaluación de políticas culturales, y adecuación normativa y buenas prácticas.