Diez libros que vamos a llamar «raros»

2. «El Titanic», Joseph Conrad (Ed. Gadir): Viejo lobo de mar, curtido entre tormentas y arrecifes, el autor de «En el corazón de las tinieblas» fue el primero en denunciar la megalomanía y la soberbia de quienes se creyeron Dios y pensaron que el Titanic era insumergible. Un reportaje de primera categoría y de afilada denuncia por parte de este viejo marino, sabedor de que el ser humano no debe tomarse a broma las furias de la Naturaleza. Imprescindible e insólito dentro de la obra conradiana.

3. «Cantar de Valtario», Ekkehard I (Ed. Rey Lear): Más de mil años han pasado desde que muy probablemente el monje Ekkehard I de la abadía suiza de San Gall creara este clásico de la literatura medieval latina. Una suerte de novela de aventuras , de atmósfera mágica e irreal, repleta de espadazos por doquier, que reparten a diestro y siniestro héroes y caballeros de los que ya no se fabrican. La versión de Luis Alberto de Cuenca (que le valió el Premio Nacional) de Traducción redondea esta joya inmarcesible.

4. «Enterrad mi corazón en Wounded Knee», Dee Brown (Ed. Turner): Libro imprescindible y legendario desde su publicación en los 70 sobre la vida y persecución de los nativos americanos por parte de los casacas azules entre 1860 y 1890, concretamente el 29 de diciembre cuando los sioux fueron masacrados impunemente en Wounded Knee. Como dijo Nube Roja, jefe oglala: «Nos hicieron muchas promesas, pero solo cumplieron una. Prometieron quitarnos nuestra tierra. Y nos la quitaron».

5. «Historia de los hermanos Soga (Soga monogatari)», Anónimo popular (Ed. Trotta): Fue primero (siglo XII) una obra de transmisión oral, hasta que en el siglo XV nació la primera versión manuscrita. Basada en hechos reales y con el mundo de los samuráis como telón de fondo, es un impresionante fresco de aventuras, romances, intrigas y venganzas sin cuentos. Libro dedicado a los sentimientos del ser humano (los apegos familiares, el dolor de las despedidas, la honra y la deshonra) en situaciones extremas y violentas. Sobrecogedor.

6. «Naufragios», Cabeza de Vaca (Castalia): : Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue uno de los españoles más inverosímiles y corajudos entre los muchos que lo fueron entre nuestros compatriotas que viajaron a América. Por ella anduvo don Alvar durante años. Diez de ellos en compañía de unos pocos camaradas recorriendo el suroeste de lo que hoy son los Estados Unidos en un viaje de miles de kilómetros sobreviviendo como pudieron, y hasta llegar a ser considerados seres mitológicos y milagreros por los nativos. Cabeza de Vaca dejó constancia de la peripecia en este libro , una de las joyas de nuestra literatura, felizmente recuperado, y magníficamente puesto al día por el escritor y académico José María Merino. Si se tiene usted por un español cuajado, no se lo pierda.

7. «La cruzada de los niños», Marcel Schwob (Reino de Cordelia): Libro sobrecogedor que luego inspiraría uno de los poemas más desoladores de Bertolt Brecht. La historia de un adolescente que en 1212 aseguró al rey de Francia que se le había aparecido Jesucristo y le había encargado organizar una cruzada para recuperar la Jerusalén entonces en manos musulmanas. Se cree que cerca de 30.000 chavales se embarcaron en la empresa que acompañados por otros peregrinos y monjes pasarían por terribles calvarios en su viaje. Desgarrador.

8. «¡Bombas fuera! Historia de un bombardero», John Steinbeck (Capitán Swing): Steinbeck siempre fue considerado hombre de izquierdas, comprometido con las causas populares como en la inolvidable Las uvas de la ira, todo un clásico de literatura social. Pero fue también un activísimo patriota, que se embarcó en varios proyectos propagandísticos durante la II Guerra Mundial. Este es uno de ellos , y Steinbeck no duda en caer en la demagogia y el panfleto para narrar sus aventuras junto a los pilotos de los bombarderos norteamericanos que operaban en el Pacífico. Un escritor genial, como Steinbeck, también lo demuestra hasta en un género denostado como el panfletario.

9. «El pequeño salvaje», T. C. Boyle (Impedimenta): Basado en la historia del llamado niño salvaje de Aveyron, que en los primeros años del siglo XIX aterrorizó y también fascinó a toda Francia. Asilvestrado y criado entre bestezuelas, después de ser descubierto por unos cazadores en 1797 en el Languedoc, se convirtió en una suerte de mujer barbuda, en una atracción de feria que igual recalaba en los psiquiátricos como en los más altos salones burgueses. El genial François Truffaut inmortalizó esta historia en la película homónima en 1969.

10. «Tres maestros», Alejandro Dumas (Gadir): La faceta de biógrafo del siempre prolífico y descomunal Alejandro Dumas no es la más conocida de su hercúlea obra literaria. Mejor aún, porque la sorpresa es más grande. Lejos de abrumar al lector con datos y fechas, Dumas reconstruyó la vida de Miguel Ángel, Rafael y Tiziano, trío de ases del arte, con su cercanía, precisión y pasión habituales. Biografías noveladas en las que el autor de Los tres mosqueteros también fue pionero.