Toros contra barcos

—Qué locos, ¿eh? —dice la primera persona normal.

—Qué locos, ¿quiénes?

—Esos.

—Esos, ¿quiénes? ¿Los de la barca?

—Los de la otra barca.

—¿Qué otra barca?

—La barca esa. —La señala.

Dos chavales se reparten los remos con más concierto que orden mientras un tercero prende sendos cigarrillos y los reparte entre todos.

—Pues dices tú, pero qué locos —confirma la segunda persona normal—. Se van a matar.

—¿Verdad?

—Verdad. No tendrían que fumar.

—Pues no. Pero yo no decía eso.

—Y ¿qué decías?

—Me refería a que, mira: uno, de pie; otro, sin casi sujetar el remo; y el tercero, el más loco de todos, andando por la barca como si fuera una alfombrilla.

—Y encima fumando.

—Encima. Pero no decía eso. Decía que se van a caer.

—Pues, si se caen, mejor, así se les apagan los cigarrillos. Fumar es malísimo.

—Muy malo. Pero no decía eso. Como se caigan, igual cogen una pulmonía.

—Mejor una pulmonía que una bronquitis crónica, digo yo.

—¿Una bronquitis no es una pulmonía?

—Yo creo que no. Yo creo que una pulmonía es una neumonía.

—¿Una neumonía no es que te quedas sin fuerzas?

—Eso es una anemia, me parece.

—Y ¿una neumonía no?

—Yo creo que no. Es distinto.

—¿Tienes muchas fuerzas cuando tienes pulmonía, o qué?

—Tampoco es eso.

—Pues será anemia también, entonces.

—¿El qué?

—La pulmonía. Y la bronquitis. Si te quedas sin fuerzas…

—Que no; la bronquitis es distinto, te lo digo yo. Bronquitis es cuando fumas. Cuando roncas de día.

—¿Seguro?

—Seguro no.

—¿Roncas con fuerza o sin fuerza?

—Roncar sin fuerzas no es roncar. —Sonríe un poquito y remata—: Es como estar roncando solo…

Las dos personas normales se ríen porque las dos personas normales son de humor simple y agradecido. La primera persona normal dice:

—¿Tú sabías que aquí se organizaban naumaquias?

—¿Y eso qué es? ¿Qué había toros?

—Que había barcos. Y luchaban.

—¿Los toros contra los barcos?

—Los barcos contra los barcos.

—¿Y fumaban?

—Pues seguro; porque era antes. Y un barco era, por ejemplo, España, y el otro, Holanda. Y ganaba España tres a dos.

—¿Había goles?

—Es una forma de hablar.

—¿Y le daban una patada a Xabi Alonso?

—Pues seguro, porque los holandeses no saben perder; como no están acostumbrados… Los acostumbramos nosotros.

—Y ¿qué más hacían?

—Pues unos ponían el barco de lado, como para aparcar en batería, y lanzaban unos ganchos. Y luego tiraban de los ganchos y saltaban al otro barco. Y se daban de tortas.

—Y la demás gente, ¿qué hacía?

—¿Qué gente?

—La de fuera del estanque.