Tiago de Abreu Pinto: «Mi reto es desarrollar un programa expositivo que esté a la altura de Marlborough»

De Abreu Pinto es comisario y Doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó durante cinco años en NoguerasBlanchard, en su dimensión en la capital, primero como gerente y luego como director. Ha comisariado exposiciones de galerías e instituciones en España, Francia, Marruecos, Holanda o Brasil. Como escritor, además de producir textos para varias instituciones artísticas, ha publicado varias novelas cortas sobre artistas junto a una serie de textos narrativos. En España ha sido galardonado con el premio 'Se Busca Comisario' de la Comunidad de Madrid. En la previa de la feria de arte contemporáneo, charla con ABC Cultural sobre su trayectoria y sus planes de futuro.

—Como Doctor en Historia del Arte, ¿opina que es necesario tener estudios artísticos para situarse en mejor posición dentro del panorama plástico?

—A mí me parece muy importante estar relacionado con el arte en general, de la forma que sea, y, evidentemente, tener estudios artísticos es una cualidad importante para ello. Realizar el doctorado en Historia del Arte y ampliar mis estudios en el campo curatorial en Independent Curators International, en Nueva York, y en el International Curator Course de la Bienal de Gwangju, por ejemplo, me ha aportado conocimientos relevantes para poder posicionarme en el sector del arte y ejercer como curador, escritor y ahora director artístico de Marlborough.

Asimismo, hay mucho conocimiento importante que se adquiere en el trabajo cotidiano, en el día a día, en cada interacción con el arte. Esto se hace muy evidente al trabajar en una galería de arte, cuyo ambiente es muy dinámico y cambiante. Son experiencias que no se pueden obtener a través de los estudios; una gran base o un gran complemento para poder posicionarse mejor, pero no lo único.

—¿Qué destaca de su experiencia como gerente y después director en NoguerasBlanchard?

—Fue un periodo muy especial para mí porque aprendí mucho de todas las facetas del mercado galerístico español y, además, allí desarrollé mi práctica curatorial en el ámbito comercial, algo que empecé a estudiar con más intensidad en los talleres centrados en el comisariado en el espacio artístico en De Appel, en Ámsterdam.

—¿En qué le ha ayudado su recorrido como comisario para afrontar su papel de director artístico de una galería?

—Mi experiencia como comisario, trabajando muy de cerca, de la mano, con artistas e instituciones y desarrollando proyectos experimentales, entre otras muchas actividades, ha sido clave para poder colaborar con espacios galerísticos y para llevar a cabo mi reciente trabajo como director en galerías. Sin embargo, siempre he desarrollado mi labor curatorial en instituciones o 'artistic-run spaces' [espacios regentados por artistas en otra esfera respecto al circuito comercial, lo que permite programas más experimentales] en paralelo a proyectos en la galería. Ambas actividades se han retroalimentado a lo largo del tiempo.

—¿Qué significa y qué supone para usted haber sido nombrado director de Marlborough?

—Es un gran honor estar en la dirección artística de una galería con tanta Historia y con el espacio más icónico de Madrid, diseñado por el arquitecto norteamericano Richard Gluckman. Al mismo tiempo, supone un desafío desarrollar un programa expositivo que esté a la altura.

—¿Qué piensa que puede aportar a la firma? A nivel más concreto, ¿qué planes tiene para Marlborough? ¿Tiene en mente fichar a nuevos artistas o introducir modificaciones?

—Mi aportación a la galería está dentro de la esfera artística. Voy a desarrollar un programa de exposiciones internacionales para fomentar el diálogo entre las grandes figuras españolas de la firma y nuevos artistas extranjeros. Todo ello, con el fin de presentar un programa curatorial renovado e innovador que se materializará a partir del segundo semestre de 2023.

—¿Cómo afronta ARCO 2023? ¿Con qué expectativas acude tanto usted como la galería a la feria?

—Marlborough acude con una propuesta muy diferente a ediciones anteriores, muy fresca. En ella se planteará un diálogo entre nuevos artistas internacionales, como Laura Anderson Barbata, Sheroanawe Hakihiiwe y Gustavo Pérez Monzón, y dos nombres clásicos de nuestro programa, como son Soledad Sevilla y Martín Chirino. Todo ello a través de obras de formas sinuosas inspiradas en una estética onírica, en contraste con otras de carácter disciplinado por un lenguaje más geométrico.