'Sensualidad abstracta [años 70]', de Maribel Nazco en la galería José de la Mano: Lo que crees que ves es lo que es

Lo es por la modernidad de la temática y su forma de presentarla en un momento, los años 70, donde la censura afectaba a la cultura y la cotidianidad. Una cuidada selección de piezas de esta época compone la primera individual de Nazco en la galería que, además de cumplir con su rigurosa línea estética y cronológica, impulsa a una personalidad poco conocida en la Península.

En una primera mirada a la sala vemos cuadros abstractos en tonos bicolor donde las líneas, preeminentemente curvadas, se combinan en un juego de luces y sombras. Hasta aquí todo normal. Sin embargo, al aproximarnos y permanecer delante de las obras, la perspectiva cambia: las formas se convierten en primeros planos de partes del cuerpo rebosantes de sensualidad. Intuimos un ombligo, un muslo, el roce de pieles encontrándose…

Son paisajes corporales ambiguos y abiertos a la imaginación del espectador, pero que representan escenas y fragmentos concretos. No son nuestras proyecciones, sino la realidad de una felación, un miembro sexual masculino o la espalda sudorosa de un hombre negro. «Lo que crees que ves: es», afirma Nazco sin tapujos. Se trata de una figuración camuflada que permitió a la artista desatar sus fantasías, exorcizar su divorcio y desarrollar una obra erótica, con tal sutilidad y argucia, que resultase apta para su degustación por aquel entonces.

El segundo gran aporte es la técnica. Buscadora incansable, a sus 86 años, Nazco lleva toda una vida experimentando con los materiales. Estudió pintura en Santa Cruz de Tenerife y continuó su formación en la Escuela Central de Bellas Artes de Madrid donde, cada noche, soñaba con el mar. Al volver a su isla, negó las premisas academicistas (la tradición figurativa, el estudio, el caballete…) y empezó a buscar fuera, dando paseos interminables por la playa y sus alrededores. En ellos descubrió las cualidades estéticas de los metales: los colores rojos y azules propios de la oxidación, el efecto del agua o la grasa de los barcos resbalando sobre las superficies brillantes.

Recogía bidones, latas y otros cacharros y se los llevaba al estudio como si fueran tesoros, allí los manipulaba y hacia 'collages' soldando láminas de acero, cobre, hierro, latón, aluminio o el zinc galvanizado. La pieza más antigua expuesta es uno de estos puzles de colores obtenidos a través de la oxidación. Con el tiempo, primero sola y después con la ayuda de un taller en La Laguna, llegó a refinar un proceso que exigía largas horas de trabajo y que abandonó por la toxicidad de los ácidos empleados.

Maribel Nazco

'Sensualidad abstracta [años 70]'. Galería José de la Mano. Madrid. C/ Zorrilla, 21. Comisarios: Isabel Tejeda e Isidro Hernández. Hasta el 26 de octubre

Los exquisitos dibujos, trasladados a planchas de metal, expresan su mayor hazaña: combinar la dureza de un material tan frío con la suavidad de los cuerpos que apelan a nuestros deseos más primarios.