CRÍTICA DE:
'Place-ness. Habitar un lugar', en el Pompidou-Málaga: Poético relato de un mundo en crisis
Colección
Nueva aproximación a la colección del Pompidou en Málaga para romper la dicotomía campo-ciudad y subrayar su dependencia
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La exposición que ocupará el Pompidou Málaga durante algo más de un año, 'Place-ness. Habitar un lugar', resulta sumamente oportuna y pertinente, ya que nace de la nostalgia de la vida rural y de la tímida migración de la ciudad al campo que ... se vivió tras el covid-19.
La muestra, por fortuna, excede esa situación concreta, que, como inmediata reacción por el miedo al contagio, cabría considerarse como un espejismo, ya que las urbes siguen creciendo y el despoblamiento rural, si acaso, ha amortiguado su dramático crecimiento, pero no se ha revertido. Esa reacción a la pandemia, sin embargo, reeditaba la huida de lo urbano, entendido como opresivo, para recuperar el ideal de armonía y comunión con la naturaleza que persiste en nuestro imaginario.
Donde gana alcance
En ese ejercicio de exceder el detonante, la exposición gana alcance, puesto que esa coyuntura concreta, aun siendo fundamental en el discurso, no es el único argumento del nutrido conjunto de obras, muchas magníficas y firmadas por artistas esenciales del siglo XX (Goncharova, Landau, Nora Dumas, Charlotte Perriand, Léger, Walker Evans, Vieira da Silva, Spoerri, Richter, Long, Penone,Hockney,Export, Abakanowicz, Cragg, Kounellis o Gursky), así como artistas más recientes que pulsan claves sociales actuales o reformulan desde la contemporaneidad asuntos de largo recorrido, como Barthélemy Toguo, en relación a la regulación de los flujos migratorios, o las punzantes imágenes –siempre magníficas– de LaToya Ruby Frazier acerca de los estragos de la contaminación en la comunidad a través de su propio cuerpo.
El discurso se encamina así a un ejercicio de contextualización y cuestionamiento de los modos de habitar, las tensiones que se producen en la ocupación y explotación del territorio, los conflictos sociales que se originan, la cambiante noción de paisaje que se construye a lo largo del tiempo, las respuestas a las crisis medioambientales y humanitarias (por ejemplo, la desesperanzadora obra de Jawad Al Malhi, nacido en 1969 en el campo de refugiados palestinos de Shufat, en Jerusalén Este), nuestro papel como principal agente de cambio y transformación, así como, entre otras, las desigualdades que obligan a la migración para habitar.



Lo urbano y lo rural devienen ámbitos centrales de reflexión, entendidos secularmente como opuestos, aunque el comisariado aspira a sustituir la idea de confrontación por la de interdependencia. Ese propósito guía la primera sección, en la que, quizá como ilustración de la dificultad de repensar esas magnitudes ajenas a un sentido binario, las piezas acaban organizándose en dos grupos perfectamente definidos en torno a lo metropolitano y lo campestre.
Ocasionalmente se vislumbra el eco de la Naturaleza en lo urbano, pero no es suficiente para romper los clichés. Hoy sentimos cómo a menudo se establece una relación de sometimiento del campo a la ciudad, donde reside eso que llamamos poder. El cálculo neoliberal dictamina la poca rentabilidad de lo rural, empujando al vaciamiento del campo. La exposición, por tanto, tiene en esa suerte de panóptico de asuntos candentes y trascendentes otra de sus principales virtudes, en tanto que analiza numerosos síntomas sociales.
De este modo, la creación artística se manifiesta no sólo como consustancial resultado de un contexto: también emerge como herramienta facultada para producir conocimiento y reflexión. Pero, del mismo modo, esa amplitud conlleva la consecuente dificultad para que esos asuntos queden descritos y abordados solventemente.

'Place-ness. Habitar un lugar'
Colectiva. Centro Pompidou-Málaga. Málaga. Pasaje Doctor Carrillo Casaux, s/n. Comisarios: V. Moimas, A.-Ch. Michaut, M. Alcaide y E. Aguilera. Hasta el 28 de marzo de 2025
Prima, entre diálogos bien construidos, el eco poético, aunque se requeriría mayor contundencia, sin necesidad de devenir panfletario, en el traslado de algunas problemáticas. Ocurre al afrontar el llamado 'mal del extrarradio', sugerido simplemente con el cartel de la película 'La Haine', de Kassovitz, o el Antropoceno, periodo en el que vivimos y en el que los residuos de la industrialización y del consumo han aflorado como estratos geológicos, escenificado mediante la obra de Gabriel Kuri, único hispano representado.
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