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Pilar de Valderrama, más allá de Guiomar

Ensayo

Su nieta, Alicia Viladomat, nos cuenta su trayectoria vital y la de su abuela, y reivindica con acierto su figura

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Pilar de Valderrama no sólo fue la musa de Antonio Machado

Carmen R. Santos

18/04/2023 a las 11:59h.

«Desde pequeña sentí que la abuela y yo éramos almas gemelas. Mi madre me contaba que cada vez que me visitaba, pasaba horas observándome con esos ojos castaños tirando a violeta que le otorgaban una mirada profunda, pero con un halo de tristeza al ... mismo tiempo, que solo se desvanecía cuando me hacía alguna carantoña y yo le devolvía la mejor de mis sonrisas». Leemos en este libro, de Alicia Viladomat, nieta de Pilar de Valderrama, la Guiomar de Antonio Machado, un secreto que se guardó durante muchos años.

Con prólogo del embajador Fernando Valderrama, y epílogo del poeta y periodistaCarlos Aganzo, el volumen se enriquece con abundante material gráfico y recupera ‘Sí, soy Guiomar’, documento autobiográfico escrito por la propia Pilar de Valderrama, publicado póstumamente en 1989, con prólogo de Jorge Guillén, en el que se incluía una selección de cartas del autor de ‘Campos de Castilla’.

Imagen - 'Pilar de Valderrama. Memorias de un gran secreto'

Autora Alicia Viladomat
Editorial Pigmalión
Año 2023
Páginas 356
Precio 25 euros

Precisamente la relación de Pilar de Valderrama con Machado, que le dedicó numerosos poemas denominándola Guiomar —por la admiración de ambos hacia Garcilaso de la Vega, cuya esposa se llamaba así—, fue trascendental en su vida y en la del poeta. Se conocieron en Segovia —donde Machado impartía clases de francés—, en la que Valderrama buscó refugio agobiada por un matrimonio en crisis. Durante cerca de una década mantuvieron un estrecho lazo intelectual y sentimental, sólo platónico: «Le hablé claramente diciéndole que por fidelidad a mis creencias, a mis hijos y a mí misma, no podía ofrecerle más que una amistad sincera».

Mujer adelantada a su tiempo, impulsó tertulias literarias y el teatro de cámara Íntimo Fantasio, y escribió varios poemarios y obras teatrales

Se veían los fines de semana en la ciudad del acueducto y en Madrid, y se carteaban con profusión. Decidieron preservar su vínculo de la luz pública, hasta que en 1950 su amiga, la escritora Concha Espina, desveló algunos datos y luego, mucho después, Pilar de Valderrama aclaró el misterio. Ahora, este trabajo de Alicia Viladomat, a cuyas manos llegó una extraordinaria documentación del legado de su abuela, resulta una pieza definitiva e imprescindible.

Inmenso caudal

Entremezclando su itinerario con el de su abuela, nos relata vivencias, anécdotas... y nos ofrece un perfecto retrato de Pilar de Valderrama y de ese ‘tercer mundo’ en el que habitó con el poeta: «Cada uno aportó mucho a la vida del otro. Se ayudaron mutuamente en un momento en el que los dos se necesitaban».

Pero fue mucho más que la musa y amiga incondicional del escritor sevillano. Mujer adelantada a su tiempo, miembro del Lyceum Club Femenino, impulsó tertulias literarias y el teatro de cámara Íntimo Fantasio, y escribió varios poemarios y obras teatrales. Su producción, como bien señala Carlos Aganzo, forma parte «del inmenso caudal de escritura femenina española del primer tercio del siglo XX».