PALABRAS Contadas
El viaje de Fernando Zóbel
Hay algo extraordinario en la exposición que acaba de inaugurarse en el Museo del Prado de este pintor abstracto
Hay algo extraordinario en la exposición de Fernando Zóbel del Museo del Prado. No es sólo el prodigioso vínculo de un pintor abstracto con la tradición, evidente en su trabajo sobre obras como la 'Alegoría de la castidad', de Lorenzo Lotto, que sirven ... para desnudar la vieja figuración en vértices de luces, débiles horizontes, nieblas de color.
Es sobre todo el nacimiento desde sus modestos cuadernos de dibujo de una técnica para llevar esa experiencia artística y humana hasta lienzos monumentales, como el que cierra la muestra. Con una jeringuilla como pincel y amplias brochas para difuminar las líneas, era capaz de aplicar al óleo de gran formato la delicadeza de sombras que lograban en dibujos a tinta china los antiguos paisajistas de la dinastía Song. Disfrutar de un viaje así, a través de la inteligencia artística, es una cura contra la estupidez de estos tiempos de narcisismo en forma de sopa de tomate y pegamento industrial.
El museo es, con el teatro, la institución más importante de la cultura pública en la era del 'streaming'. Un lugar accesible para todos, y también un espacio recóndito donde compartir esa experiencia humana sin intermediación. Convertirlo en un ágora de causas y movidas sin importar el probable daño a las obras de arte es, a todas luces, un signo de barbarie. Si se es activista para tomar conciencia, por civismo, la independencia de las causas (arte-clima) es el mejor principio.