Javi Calleja ante su muestra en Unicaja-Málaga: Resistirse a crecer (y a dejar de ser)

Sin embargo, Calleja sigue insistiendo en intereses presentes en el inicio de su carrera: los temas, como lo lúdico y la creación como proceso y problema; la estrategia del juego de escalas que opera en el visitante un viaje perceptivo en constante cambio, una experiencia 'gulliveriana'; puestas en escena con un hábil juego con el espacio, ya sea desde lo pequeño o lo grande; la incorporación de lo verbal; el diálogo con la Historia del Arte; o la iconografía, marcada aún por la presencia de lo infantil, de un niño inextinguible.

De hecho, además de encontrar aquí algunas obras de 2014 y 2015 que suponen una cita al 'Calleja antes de Calleja', de este Calleja más popular y reconocido, encontramos en varias de sus instalaciones ecos de piezas que protagonizaron sus primeras individuales. Son los casos de 'Mesa Pencil Boy' y 'Silla Pencil Boy', que recuerdan a la gigantesca mesa para 'Play Room', su exposición en el CACMálaga (2008), o la conformación de un inmenso gabinete de dibujos y que incorpora intervenciones pictóricas sobre la pared –siempre fue recurso habitual. En ellos, como también en las viejas hojas de libros, pintadas en función al pie forzado de las palabras impresas, se establece una conexión con el primer Calleja en 'Mr. Günter, The Cat Show'.

Las salas de la planta baja acogen al artista que en los últimos años ha abordado proyectos internacionales y ha sido requerido para redefinir algunos de los iconos más potentes de la cultura de masas, como el Mickey Mouse de Disney. Este arranque está marcado por su dimensión como un fenómeno, tanto por sus inmensos personajes escultóricos de ojos vidriados, como por sus colaboraciones para distintas marcas que adaptan su identidad visual al universo reconocible del malagueño. En la planta superior, se despliega ese juego de escalas entre lo ínfimo y lo inmenso, así como parte de su imaginería, dominada por personajes sencillos y 'naif'.

Tal vez, una categoría como la de 'lo cuqui', teorizada por Simon May, podría aplicarse a buena parte de su producción. Defiende May cómo lo dulce, encantador y despojado de toda complejidad puede adquirir un envés tenebroso o amargo, pero siempre en un registro de lo desenfadado y frívolo. May, ante la colonización de nuestro tiempo por 'lo cuqui', se pregunta: «¿Y si lo cuqui no es una distracción frívola con respecto al espíritu de nuestro tiempo sino una poderosa expresión del mismo?».

Un 'espíritu de la época' alimentado por lo ligero o lo encantador, actitudes o respuestas que han gozado de protagonismo en otros periodos. A este respecto resulta especialmente importante el infantilismo y lo naif, que han de entenderse como una suerte de respuesta y resistencia al contexto, a veces marcado por el desencanto.

Exposición

Javier Calleja

'Mr. Gunter the Cat Show'. Málaga. Centro Cultural Fundación Unicaja. Plaza del Obispo, 6. Comisarios: Alicia Gutiérrez Mármol y xxxxx. Hasta septiembre de 2023

Reducir esta iconografía en torno a lo infantil a un carácter pueril y romo sería empobrecer la comprensión de estas obras como una de las muchas traducciones e interpretaciones de este tiempo. Y ahí, Javier Calleja emerge como producto y traducción.