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ABC Cultural

La talaverana

Romper la palabra

De mayores también hicimos promesas de verano. Una de mis favoritas es la de salir de vacaciones y prometernos no volver

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Diego S. Garrocho

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Hay dos tipos de promesas. Las que sabemos que vamos a incumplir desde el principio y aquellas otras en las que la palabra se rompe con el paso del tiempo. No hay más, 'tertium non datur', tal es la falibilidad de los humanos y quien ... lo dude que se acuerde de Pedro y el gallo. Hay veces en las que, sencillamente, no supimos estar a la altura de lo dicho y, en ese mentir y desmentirse, a Nietzsche se le ocurrió decir que el ser humano es ese animal al que le es lícito hacer promesas. A veces pienso que la verdadera tentación de ser como dioses radica, precisamente, en creer que seremos capaces de cumplir lo que un día nos prometimos. Y, pese a todo, seguimos confiando en nosotros y seguimos perdonándonos, lo que es casi una ocasión para la Gracia.

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