CRÍtica de:
'Auge y caída del conejo Bam', de Andrés Barba: de conejos y hombres
Narrativa
En su nueva novela, el escritor madrileño se sirve de un poderoso simbolismo para retratar el auge de los populismos en la sociedad contemporánea
Otras críticas de la autora
Andrés Barba (Madrid, 1975)
Desde la tradición clásica hasta la literatura contemporánea, las fábulas han servido como un recurso privilegiado para describir la sociedad. Al desplazar los conflictos humanos hacia criaturas simbólicas, se logra una doble distancia: por un lado, se simplifican los comportamientos colectivos y se ... vuelven arquetípicos; por otro, se intensifica la capacidad crítica, pues el lector reconoce las tensiones, jerarquías y miedos de su propio mundo. La fábula es un modo de desnudar lo humano a través de lo alegórico.
En su nueva novela, Andrés Barba se sirve de este poderoso simbolismo para retratar el auge de los populismos en la sociedad contemporánea. A través de un relato protagonizado por conejos, la novela explora cómo el miedo, la manipulación de la memoria, la sustitución de lo racional por lo sentimental y la necesidad de un líder modelan una comunidad deslumbrada por la figura del magnético conejo Bam, que emerge enigmático y ofrecerá a los conejos de la Gran Madriguera justo lo que necesitan oír, a la vez que utilizará sus miedos, apelará a sus emociones e instigará sus instintos más oscuros para apuntalar su influencia sobre ellos.
NOVELA
'Auge y caída del conejo Bam'
- Autor Andrés Barba
- Editorial Anagrama
- Año 2025
- Páginas 170
- Precio 18,90 euros
El miedo como eficaz herramienta de control es el gran tema de la obra, y, a partir de él, Barba indaga en la comunidad como madriguera infinita, un espacio donde el individuo se diluye y solo existe en relación con los demás. De ahí surge la fascinación por Bam, cuya aparente indiferencia al miedo, al principio considerada monstruosa, se transforma en signo de grandeza.
La construcción del liderazgo de Bam no procede de actos heroicos evidentes, sino de una red de proyecciones colectivas. Sus gestos ambiguos, sus frases repetidas hasta volverse proverbios y su diferencia física —la cicatriz, la mirada lechosa— bastan para que los demás lo veneren como a un mesías. Barba analiza con lucidez cómo su liderazgo se funda menos en la verdad que en la necesidad de creer: Bam se convierte en líder porque la comunidad lo requiere, no porque él lo reclame; pero una vez ahí, la fascinación que siente es tal que lo cultiva hasta apropiarse de ese liderazgo y hacerlo incuestionable.
Nos recuerda lo fácil que es manipular una emoción para debilitar la conciencia crítica
Pero todo líder tiene su oposición, y en esta novela está encarnada por un grupo de conejos mayores, con influencia en la comunidad, que no se dejan seducir por el discurso hueco. Frente a los nombres con los que Bam bautiza a los conejos para potenciar su identidad individual, ellos reivindican el uso de la palabra «conejo», que se convierte en bandera y símbolo y que alude a la fuerza de la comunidad y lo colectivo, a la vez que recuerda también la importancia de la tradición y las raíces. Esa tensión se convierte en uno de los núcleos más poderosos de la novela, revelando cómo el lenguaje mismo puede transformarse en un campo de batalla.
La novela de Barba nos recuerda lo fácil que es manipular una emoción para debilitar la conciencia crítica, y lo sencillo que resulta, con las herramientas adecuadas, distorsionar nuestro modo de vivir juntos.