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ABC Cultural

MÚSICA

Tres álbumes imprescindibles de Aute

Difícil decidir sobre una obra gigantesca. Estos discos resumen el talento de un artista total

Luis Eduardo Aute, en un concierto en 1988 José Luis Roca

Álvaro Alonso

Hubo un tiempo de poetas para los que nada de lo humano parecía ajeno: amantes del retrato, el claroscuro, la carne, la muerte y el diablo. Apasionados de la vida, la risa, la afirmación del instante, a caballo entre lo sacro y lo profano. Voces ... y letras que invitaban a emanciparnos, a poner pétalos sobre el erotismo, a dar agua a un tiempo con sed de libertad. Luis Eduardo Aute , como Zaratustra , tuvo que bajar de la montaña y cantar. Acaso hubiera preferido los lienzos o la cámara y dejar para otros los escenarios, el ocio y negocio de la música. Pero desde muy temprano no tuvo elección, su querer fue el del artista total, como Leonardo . Como un verso de Neruda , se lanzó al deseo carnal a manos llenas. Su afán de sensualidad no quedó ahí, sino que llegó a subir en una mística carnal, si algo así fuera posible, para volver al sofá, en la soledad del alba, con los recuerdos de tantos senos desnudos, de tantos cabellos, a sabiendas de que estamos de paso. Confesando que hemos vivido cuerpo a cuerpo. Con alevosía y con alma. Templo y rito de luz cegadora en la espuma de los días. Desolados al fin, a la intemperie de nosotros mismos.

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