Suscríbete a
ABC Cultural

LIBROS

Stephen King, el daño placentero

Al leer «Fin de guardia» nos acompaña la grata sensación de que el narrador no nos lleva ventaja, sino que avanza con nosotros emocionándose y estremeciéndose de miedo

Stephen King AP

MARINA SANMARTÍN

«Escribir una historia es contársela a uno mismo», ésta es una de las ideas principales que Stephen King recoge en Mientras escribo , el muy aconsejable ensayo sobre vida y literatura que hace ya más de 15 años publicó Random en ... español y en el que el autor de Carrie y El resplandor no miente acerca de sus rituales frente a la página en blanco. Nos dice la verdad. Leyendo Fin de guardia tenemos ocasión de comprobarlo. Y es que, mientras seguimos al detective Bill Hodges en la última de sus peripecias, la que cierra la trilogía que empezó con Mr. Mercedes y se afianzó con Quien pierde paga , nos acompaña la grata sensación de que el narrador no nos lleva ventaja, sino que avanza con nosotros, al mismo tiempo y en caliente, emocionándose con el lector y, también con él, estremeciéndose de miedo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia