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ABC Cultural

LIBROS

Si no le gusta su mundo, hay otros

«Las diez mil puertas de Enero», de Alix E. Harrow, fomenta la mudanza a través de una fantasía muy bien escrita

Alix E. Harrow
Miguel Ángel Barroso

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Las puertas son auténticos fetiches en el fantasy , lo mismo que los libros. Si cruzamos la puerta de un armario podemos viajar a Narnia . Puertas secretas diseñadas por enanos nos conducen a las Minas de Moria o ... a las tripas de la Montaña Solitaria en el universo Tolkien. El emperador albino Elric de Melniboné cruza varios umbrales en su aventura onírica de La fortaleza de la perla , imaginada por Michael Moorcock . En Harry Potter y la piedra filosofal el aprendiz de mago y sus colegas tienen que superar varios desafíos para desbloquear puertas (entre ellos, capturar la llave correcta entre una nube de llaves volanderas). Y, más recientemente, V. E. Schwab nos describe en El archivo un lugar donde los muertos descansan como libros en bibliotecas. ¿Se imaginan cómo accede la protagonista de la novela a ese misterioso mundo? En los casos citados esas entradas (y salidas) tienen una importancia más o menos circunstancial. En Las diez mil puertas de Enero , de la norteamericana Alix E. Harrow , su papel es clave.

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