Ana Merino, la Edad de Plata y un campus norteamericano

Quien no haya vivido en un campus pequeño no podría relatar con el detalle que aquí se hace el clima asfixiante que un asedio académico perpetrado por colegas mediocres puede generar. He dicho campus pequeño (en la novela Milwaukee) y en realidad, como quedó demostrado en el título de la originaria novela paródica de David Lodge , la vida de los campus siempre es un pequeño mundo que favorece refriegas departamentales de escasa dimensión donde se alimentan odios y envidias que nadie creería pueden ser tan aciagos.

Ha elegido Merino como hizo antes Philip Roth en ‘La mancha humana’ el lado trágico que un ‘bullyng’ académico puede acarrear. Ana Merino salva bien la dificultad que pudiera tener para un lector común seguir con interés ese pequeño mundo. Lo hace por la mejor vía: haber construido un personaje, el de Inés Sánchez, muy creíble y una perspectiva más personal que sociológica, lo que permite que el tema cobre un vuelo que no suelen tener las novelas de campus. Mas que la vida universitaria en sí, interesa aquí la traición del amigo que Inés vive angustiosamente, al no saber explicarse las razones de tamaña ingratitud, que al final de la novela quedan reveladas y que oculto al lector.

Esta historia la entrevera Ana Merino con otra, porque el azar quiso que descubriera las cartas que se cruzaron Federico García Lorca y Joaquín Amigo, granadino como él, y asesinado pocos días después en Ronda si bien por los del bando republicano. Otro caso emblemático de dos hechos que fueron comunes en aquella guerra: que había gente que pensaba diferente pero que se apreciaban, como le ocurrió a Lorca con Joaquín Amigo o con Luis Rosales , quien siendo falangista hospedo a García Lorca en su casa, lo que no le ayudó sin embargo. Y que hubo asesinatos viles de inocentes en ambos bandos.

La novela de Ana Merino se centra en las investigaciones que lleva a cabo Inés en los papeles de la nieta de Joaquín Amigo. Estar hospedada en la Residencia de Estudiantes le permite evocar episodios concretos de la Edad de Plata que vivirán con mayor aprecio los lectores que conozcan tanto las personas convocadas como el eco posterior en la vida de otros, singularmente de Félix Grande , por la vía de la campaña de restauración que el poeta hizo de Luis Rosales, uno de sus predecesores en la dirección de ‘Cuadernos Hispanoamericanos’. La novela sufre algo de la necesidad de ser fiel y escrupulosa con la valiosa investigacion que la ha hecho nacer, pero lo más significativo es que Ana Merino ha demostrado de nuevo talento al haber encarnado cuanto quería mostrar (también la necesidad de la poesía) por medio de la figura de Inés, soberbio personaje femenino.