Martín Caparrós escribe una gran crónica de América

Son palabras de Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) quien se ha embarcado en la tarea de no sólo describir un continente (con la salvedad de Brasil, que es otra historia en sí misma) sino entrar de lleno en vidas y miserias, anhelos y entuertos , búsquedas y asombros, y todo, con una minuciosidad tan escalofriante, una prosa tan elaborada, una sensibilidad tan conmovedora, una distancia tan agradecida por el lector que si cabe afirmar, modestamente, que ésta es la gran crónica de la América que se expresa en español, en las primeras décadas del siglo XXI.

El libro total. Esa historia que anhelaba Peter Burke al coincidir Caparrós con una de las buenas enseñanzas del historiador George Duby: « Hoy el periodista tiene que convertirse en historiador y el historiador en periodista ». Sí, para contar lo que pasó y lo que pasa. Para los que hemos seguido la formidable carrera literaria de Caparrós desde nuestro primer encuentro en Buenos Aires hace ya más de treinta años, un libro como fue ‘El Interior’ (La primera Argentina, 2006) es una referencia esencial para ‘Ñamérica’.

Ya se advertían dos sentidos en su hacer literario: uno físico, geográfico, local o nacional, descriptivo; otro, personal, biográfico, profundamente ensayístico y, por ello, poseedor de una fuerza literaria absoluta. Todo viaje es interior.

El cronista, y Caparrós hoy es la quintaesencia en español de este género, busca, indaga, pregunta, escucha , sobre todo escucha, qué excelente escuchador es Caparrós, mira las calles, siente a los que habitan los mundos tan diversos, camina con ellos, entra en los más ocultos rincones de la intimidad sin apenas un ruido, con sentido y sensibilidad, la vida de ‘Ñamérica’ en estado puro.

Éste es un libro que emociona, que conmueve, que solivianta. Se trata de saber qué es ‘Ñamérica’, sin folclore, sin artesanías, sin nostalgias, nos dice. « Tratar de saberlo mirando lo más común , menos lo extraordinario.» Toda política es geografía y este libro rezuma geografía en cada página. Caparrós posee un estilo narrativo en el que implica al lector en cada pasaje, en cada personaje, muchos, los más, anónimos, invisibles, y, al tiempo, sabe incorporar datos económicos, estadísticas, así el vaivén entre las ciudades y la reflexión y cerrar estas memorables páginas con enorme discreción cervantina «El mundo porvenir (un planfletito)».

De las ciudades valga, solo como ejemplo, destacar un capítulo que aún después de leerlo permanece en la memoria porque conmueve y conmociona: el dedicado a ‘El Alto. La ciudad inesperada’ , el resto no le va a la zaga. Sí, con el autor, el lector coincidirá en que el presente pareciera que siempre será un «prólogo» para ‘Ñamérica’. Imprescindible.