LIBROS
Kate Atkinson, investigadores íntimos
Kate Atkinson, que pasó por toda clase de oficios antes de ser Orden del Imperio Británico, rescata a su detective de cabecera
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónResulta fascinante imaginar el terremoto que, en su momento, habrá sido la llegada del ‘noir’ irrumpiendo a patadas en las bibliotecas de casa de campo y vicarías del ‘thriller’ victo/edwardiano para horrorizar a aristócratas acostumbrados a los modales imprevisibles, pero aún así impecables, de ... Holmes & Poirot con los malos hábitos de detectives proletarios cobrando por hora y con apellidos sin alcurnia como los de Spade & Marlowe & Archer. Muchos años y casos han pasado y, desde entonces, se han producido sucesivas innovaciones en el complejo «simple arte de matar» que van desde la idea del investigador psicótico al poseído por fuerzas sobrenaturales.
A su manera, el escocés e hijo de minero y ex policía y divorciado y padre disfuncional Jackson Brodie, de Kate Atkinson (1950), constituye una/otra pequeña revolución. Antes de conocerlo y presentárnoslo, Atkinson ya había sorprendido en 1995 debutando con ‘Entre bastidores’ arrebatándole un premio que todos daban por seguro a Rushdie. Enseguida, la admiración de Stephen King y de Penelope Fitzgerald y de Hilary Mantel y, de pronto, la sorpresa de pasarse al policial. Pero no policiales normales . Pues bien y qué bien: Brodie está de regreso y parece haber aprendido de los títulos «sabáticos» de Atkinson (y, de paso, ha reducido un tanto, luego de acusaciones, su temperamento un tanto machista y conservador en lo que hace a la homosexualidad & co).
Farsa shakesperiana
De acuerdo: se mantienen las constantes en las que él mismo, posiblemente, sea el menos «interesante» del abultado reparto que entran y salen de escena con esos modales de farsa shakesperiana patentada para la novela por Iris Murdoch. Advertencia MUY importante para los amantes del género: en ‘Brodielandia’ el misterio a resolver es lo que menos importa de todo y una de sus tareas más complejas puede llegar a ser la de buscar un gato perdido. Búsqueda que, por supuesto, nunca se queda sólo en eso. Algo parecido a lo que también sucede al Quirke de John Banville/Benjamin Black ; porque Brodie y Quirke son, además de investigadores, los más perfectos testigos de todo y de todos.
Así, ‘cielo Interminable’ es un Jackson Brodie ‘reloaded’: está allí todo lo que siempre estuvo ( ese perfume ‘british’ descendiendo de G. K. Chesterton ) y lo que empieza siendo un rutinario chequeo de infidelidad deriva en algo más perturbador. Atkinson añade detalles metaficcionales que llevan a Brodie a preguntarse si él mismo no será un personaje de novela de detectives mientras no deja de hacer guiños cada vez más nerviosos a los ‘connoisseurs’. Y, claro, entonces comprendemos lo que siempre sospechamos de Brodie: no es un investigador privado sino un investigador íntimo. Y está muy bien que así fuese y sea y siga siendo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete