La belleza radical de Aljoscha

Ahora, la representación simbólica de los valores que alberga el edificio convive con las extrañas obras del artista alemán de origen ucraniano Aljoscha (1974), quien ha producido formas orgánicas y de aspecto viscoso, elaboradas con pintura y resinas, transparentes o moduladas con colores híbridos, con predominio del rosa. Estos extraños objetos invaden las estancias, alteran las iconografías escultóricas y se apropian del lugar.

El palacio se transforma en una suerte de ruina arqueológica: entre sus paredes, reposan los restos de un relato que se desmoronó al ritmo que emergieron los desastres antihumanistas del siglo XX. Las metamorfosis orgánicas de Aljoscha reflejan las tensiones enormes, acaso sin resolver, de ese lugar diferente en el que se inscribe el pensamiento contemporáneo, jalonado por las dudas, la sospecha y el síntoma.

El proyecto nace de La Bibi Gallery , espacio con sede en Mallorca pero que desarrolla un programa expositivo en emplazamientos internacionales específicos. En esta ocasión, el Palacio de Santoña es la escenografía seleccionada para albergar una exposición laberíntica, extraña y deslumbrante . Destacan las esculturas que, a modo de instalación, se elevan en diversas estancias. En ellas, Aljoscha incorpora una lúcida revisión de la memoria ingrávida de la Historia de la disciplina escultórica, la que marca el paso de la masa compacta sobre el pedestal a la autonomía formal que se expande en el espacio. Más tradicionales, incluso convencionales, son sus pinturas, que oscilan entre lo matérico y lo liviano, dentro de una abstracción de carácter lírico.

La exposición permite lecturas acerca de la idea de progreso, de nuestros vínculos con la Naturaleza y del fracaso del proyecto moderno. Pero Aljoscha considera que el arte no es un medio con el que interpretar la realidad o comunicar certezas; es, al contrario, la materia prima con la que la razón creativa es elaborada y puesta en escena. Para ello, configura un recorrido que abre la posibilidad de pensar un utópico futuro para el palacio, más allá del relato impuesto por la globalización. Pese a todo, Aljoscha ofrece una visión esperanzadora: el título, ‘Estamos comenzando a construir el Paraíso’, anticipa el valor transformador que él otorga a estas expresiones plásticas intuitivas, sugerentes y especulativas.

La cita se completa con otra individual en Cano Estudio , donde Aljoscha incide en la técnica de la acumulación pictórica, con la que consigue alcanzar una apariencia tridimensional. De nuevo, asistimos a la exaltación de lo que habita en lo raro y en lo indescifrable. Precisamente aquí, en esta radical extrañeza, radica la belleza de ambas exposiciones, que consiguen seducir y atrapar nuestra mirada a través de la enorme potencia de lo informe.