ARCO'20: Lo que no puedes perderte

Estar en un excelente estado de forma y recibir extraordinarias críticas de sus últimas exposiciones individuales son dos de las premisas que comparten las tres artistas seleccionadas. Por un lado, Eli Cortiñas ( Twin Gallery ) propone, desde un punto de vista sumamente etnográfico y a través de su habitual lenguaje cinematográfico, subvertir y revelar la eurocentricidad sujeta al conocimiento. Por otro lado, Jimena Kato ( Rodríguez Gallery ) aborda y (se) cuestiona el significado y configuración del cuerpo escultórico -entendiéndolo como un ente con plena capacidad de mutar- y analiza los conceptos de (in)visibilidad o dinamismo. Finalmente, y compartiendo la insubordinación de Cortiñas y, desde el prisma de los materiales, de Kato , Itziar Barrio ( Ángels Barcelona ) se apropia de la mítica silla Jeff de IKEA para escrutar las relaciones entre cuerpo y poder, así como las nociones de sumisión, maleabilidad y oposición.

No hay duda de que debemos apoyar a los artistas emergentes, pero permítanme que me ponga aquí y ahora en modo revival para proponerles que nos sumerjamos juntos en una selección de tres autores de amplia y contrastada trayectoria, que no por ello dejan igualmente de merecer nuestra máxima atención y respeto. Así, siempre es enriquecedor admirar de nuevo las espléndidas y precursoras obras de Val del Omar ( Max Estrella ), pionero y alma máter del cine experimental en España. Cruz Novillo ( Fernando Pradilla ) es un caso poco común en nuestro arte actual: diseñador referencial y fundamental, es también un excelente artista plástico, con propuestas en las que color y concepto dialogan y alcanzan felices resultados. El milenario oficio de luces y sombras de la pintura queda muy bien representado en esta propuesta por las obras de Antón Lamazares ( Rafael Pérez Hernando ), ejemplo de intensidad, fuerza y sabiduría pictórica a prueba de años y modas.

Almudena Lobera ( Max Estrella ) lleva años pensando, desde una concepción expandida del dibujo, el «marco del arte», rindiendo testimonio de su pasión lectora; fabricando libros que son homenajes; pintando, como en su magnífico proyecto en Tabacalera, «imágenes técnicas» con códigos informáticos ilegibles pero hermosos. Por su parte, Berta Caccamo ( Formato Cómodo ), magnífica pintora gallega, deja mínimas huellas, rastros húmedos, en una poética de una sutileza extraordinaria, sin caer en la parquedad minimalista, que ahora no podemos dejar de enlazar con el desconsuelo que nos produce su pérdida. Cabello+Carceller ( Elba Benítez ) son artistas referenciales en la tonalidad queer que han sido capaces de «rapear» la Teoría, encontrando otras formas de decir y, sobre todo, de hacer visible los sistemas de exclusión del orden hetero-patriarcal. En las obras de estas artistas encuentro la confirmación de la intensidad incuestionable que tienen el arte contemporáneo desplegado por las mujeres.

Propongo una mirada atenta a tres artistas españoles nacidos en los años ochenta y que ya han logrado configurar un discurso de plena madurez. En la galería Fran Reus se desplegará el trabajo de Marian Garrido , quien combina con audacia tiempos, espacios e imaginarios a través de sorprendentes narraciones ficcionales. De la amplia nómina de autores que presenta la galería Moisés Pérez de Albéniz , no hay que pasar por alto el trabajo de Miren Doiz , exponente imprescindible de la renovación pictórica en nuestro país y artista dotada de una excepcional intuición en su diálogo con el espacio. Y en la galería Max Estrella nos espera la nueva propuesta de Marco Godoy , un artista que siempre se involucra con lucidez en el desmontaje de las estrategias de poder y de las figuras de autoridad.

Sirva mi selección para esbozar un pequeño homenaje a las galerías de «la periferia», aquellas que lo tienen más difícil para competir en el débil mercado artístico español, y con las que el comité de selección de este año ha abierto la mano. Así, en representación de ArtNueve de Murcia, elijo a Javier Pividal (aunque podía ser también su compañero de estand, el escultor Pablo Capitán del Río ). El murciano sigue usando el lenguaje como material poético desde el que incidir en nuestra temporalidad y caducidad. También por su lenguaje cargado de simbolismo, su capacidad para cartografiar la realidad, la alicantina Clara Sánchez Sala es parada obligada en ATM de Gijón . Finalmente, y aunque no son nuevos por estos pagos, la labor de promoción y producción artística que desarrolla ADN desde Barcelona (y su filial en Sant Cugat del Vallés) ya la quisieran en otras latitudes. Como solo me puedo quedar con un nombre, elijo el de Carlos Aires , que expone actualmente en su nueva sede.

Este año mi apuesta son tres jóvenes artistas españoles que expresan todo ese talento que apenas es apreciado por unas instituciones y un tejido tan acomplejado que difícilmente valora lo propio. Inma Femenía (1985) apela con Versions , su proyecto para Max Estrella , a esa nueva visualidad que el incontenible avance tecnológico y la revolución digital han ido generando: una nueva forma de mirar las nuevas formas. Christian García Bello (1986) mantiene una doble presencia en ARCO: por un lado, la investigación titulada Formas populares para Formato Cómodo , y, por otro Almugárbas , el proyecto con el que ha sido seleccionado para el Premio Cervezas Alhambra . Por su parte, Juan López (1979), vuelve a transitar esa resignificación y ese enigma no exento de ironía que caracteriza su obra y al que no permanece ajena la serie Cada día todo parece más otra cosa que veremos en el estand de Juan Silió .

Alarcón Criado presenta la obra de Ira Lombardía , autora vinculada al cuestionamiento de las retóricas del arte. Su serie funde el desmembramiento de las esculturas clásicas con nuevas imágenes para crear un ente contestatario que devuelve al medio escultórico la bidimensionalidad desde el que la Historia del arte nos lo ha transmitido. Por su parte, Joan Prats propone la soledad íntima de los delicados dibujos de Alicia Kopf . Impresión y tinta sobre papel en unas cuidados esquemas que cuestionan la creación del universo y el colapso de las estrellas, desde una entidad tan particular como el contrario al agujero negro del caos. Finalmente, Cámara Oscura vuelve a la feria y lo hace con un renovado Roger Ballen en color: su nueva producción de los últimos dos años, de una gama monocroma irreal y enigmática, que liga sus típicas atmósferas creando puentes entre foto, dibujo, pintura y escultura para introducir unas escenas de perturbador ensueño.

Tres mujeres, activas, jóvenes, consolidadas y de nuestro país. Tres mujeres que aún conservan la frescura necesaria para sorprendernos, pero que son una apuesta segura para los visitantes y coleccionistas. June Crespo (1982), que hace doblete en Carreras Múgica y en la galería P430 ; Saelia Aparicio (1982) en The Ryder Proyect ; y Sonia Navarro (1975) en T20 . Las tres abordan con tres lenguajes aparentemente diferentes y con referencias y reflexiones personales para cada una de ellas trabajos con una plasticidad increíblemente común en parte de su obra. Lo que a priori es dispar, se vuelve cercano si las analizamos formalmente: ensamblar, construir, colorear y despiezar, reutilizar y reinventar; utilizar el dibujo extrapolado al volumen, sintetizar las formas y los colores, y, ¿por qué no? Una influencia povera renovada que quizás tenga a Kounellis como vertebrador común del resultado plástico. Sin duda, la obra final de las tres atrapa tanto a amantes de lo contemporáneo y la vanguardia, permitiendo a un gran abanico de público obtener, maravillado, respuestas en las obras de cualquiera de ellas.

Entre todas las propuestas que este año se incluyen en ARCO, destaco, primero, la calidad pictórica y la claridad formal en el trabajo de Adriana Ciudad , que estará presente en el estand de Crisis . En segundo lugar, los vídeos del austríaco Oliver Ressler ( Ángels Barcelona ), que retratan temas como el capitalismo, la globalización o el ecologismo con un gran sentido de la composición video-gráfica. Ágiles y contundentes a la vez. Por último, la obra gráfica o escultórica del arquitecto Pablo Gómez Uribe ( Proxyco ): retículas, diseños simples en los que el material rebosa presencia escénica… En definitiva, tres ejemplos de trabajos concebidos con unas coordenadas muy claras, una marcada plasticidad en cada imagen o creación y, sobre todo, sencillos. O por lo menos de fácil digestión.

Primero, un homenaje al recientemente fallecido John Baldessari ( La Caja Negra ). Un clásico del arte y el discurso norteamericano de las últimas décadas, cuyo lenguaje visual (entre pop, irónico y conceptual) traspasó fronteras y escuelas. De un homenaje a un cumpleaños: el de la galería Elba Benítez (ya treintañera), entre cuyos «pupilos», que son muchos y muy interesantes, destaco al portugués Carlos Bunga : de sus construcciones (arquitecturas) y deconstrucciones en cartón a sus «cuadros» que trascienden los límites y las formas. Para cerrar el trío de los elegidos, Nono Bandera ( Espacio Mínimo ). Por su personal manera de entender la pintura, donde no conviene perderse ni un detalle, ni una lectura entre líneas.

Desde su voluntario exilio mexicano, Melanie Smith (Poole, Reino Unido, 1965) sigue desarrollando, en los límites de la pintura y la fotografía, su «palimpsesto gigante». La galería madrileña La Caja Negra ha editado Constelaciones , un nuevo conjunto de imágenes heterogéneas del fracaso y el colapso alejadas, como siempre en su caso, del discurso banal y el gesto fácil. Tras los homenajes del pasado año, parece oportuno reivindicar la obra de la más importante fotógrafa, videoartista, performer y activista afroamericana, Carrie Mae Weems (1953), famosa por su libro The Kitchen Table Series (1990). Barbara Thumm trae algunas fotografías de dos de sus mejores series de la pasada década: Slow fade to black y The Museum Series , ambas protagonizadas por mujeres de color. Y, si no se quiere desatender la dimensión festiva de la feria, nada mejor que la escultura integrada del siempre efectivo Daniel Arsham (1980) en Baró Galería : sus impecables trabajos quieren recordarnos que el ar- te está inscrito en todo momento en la arquitectura.

Me centro en artistas que reflexionan sobre lo escultórico, lo espacial y el movimiento con materiales tan distintos como la cerámica, el papel, los tejidos y la pintura. Aurèlia Muñoz ( José de la Mano ), fallecida en 2011, sigue siendo recuperada como una autora esencial en el uso de lo textil y el papel, la incorporación de técnicas tradicionales y la formulación de la anti-forma. Paloma de la Cruz ( T20 ) presentará sus enunciaciones del cuerpo a través de la ausencia de este, desembocando en turbación, violencia, deseo, sensualidad y libertad. Ella lo hace mediante la monumentalidad y tensión de piezas que aúnan cerámica y forja, y la delicadeza de otras mínimas. Rosana Antolí ( The Ryder Projects ) también reflexiona sobre el cuerpo y sus límites, trasladando a dos pinturas y una escultura lo performativo y la coreografía social. Lo plástico, que deviene puro lirismo, «fija» y hace tangible lo fugaz del gesto y el movimiento.

O revestidas de rotundidad cromática y formal o transidas de una delicada y frágil sutileza, las propuestas de Bernardo Ortiz (1972) giran en torno a la capacidad de registro de la acción y el gesto artístico, dirimiéndose en los seculares límites -por él revisitados- entre dibujo y pintura. También en la frontera se sitúa Isidro Blasco (1968). La imagen, en una lúcida interpretación de los géneros y los procesos, es, a un tiempo, paisaje, retrato, realidad imaginada y verdad interpretada, magma que alcanza corporeidad, tridimensionalidad instalativa en sus piezas en Ponce+Robles . La voluntad multi e interdisciplinar alienta, de igual modo pero en sentido distinto, la producción de Sara Ramo ( Travesía 4 ). Tras su reciente paso capitalino por la Sala Alcalá 31 y el MNCARS , la creadora afincada en Brasil continúa en su búsqueda por plantear situaciones que alteren convicciones e inciten reflexiones sobre nuestra relación con la cotidianidad, a partir de los objetos.

Después de la magnífica exposición que se le acaba de dedicar en la Sala Alcalá 31 de Madrid, contamos con más razones de las que ya teníamos para seguir pendientes del trabajo de Juan Carlos Bracho ( galería Ángeles Baños ), cuya admirable sutileza -técnica y conceptual- se manifiesta con idéntica propiedad en cualquier formato o escala. De igual manera, recomiendo estar atentos a la obra de Miguel Marina , en Nordés (uno de los seleccionados en Generación 2020 , que puede visitarse ahora también en la capital), a quien llevamos años viendo madurar un discurso asimismo sutil y contenido, materialmente exquisito, plásticamente irreprochable en su aquilatada formulación. Por último, me permito recomendar a un clásico como es el artista chileno Alfredo Jaar ( Thomas Schulte ), que siempre nos hará reflexionar sobre lo que las imágenes suponen; en un contexto como es ARCO, donde estas abundan, sus propuestas constituyen una vacuna efectiva para no extraviarse con banalidades.