diseño
«Fuera de serie» en CentroCentro, lo que hay que pedirle al diseño
«Fuera de serie», en las estancias de CentroCentro, en Madrid, explora la responsabilidad del diseño como disciplina al servicio de las necesidades sociales
francisco carpio
«Menos es más». Posiblemente pocas veces tan solo tres palabras hayan querido significar tantas cosas. La archiconocida frase de Mies Van der Rohe sigue resonando por los parajes y paisajes del diseño y la arquitectura universales. Unos ecos que, sin duda, pueden oírse ... también en esta propuesta, «Fuera de serie. Cosas que el diseño puede cambiar». Un intento de demostrar que con menos poder adquisitivo, menos lujo en los materiales, menos recursos, menos obsolescencia programada, menos glamour, menos abundancia, se pueden conseguir productos más creativos e ingeniosos, más sobrios, mas sostenibilidad, más austeridad, más imaginación, más solidaridad, más eficacia... Más felicidad.
Soluciones ingeniosas
Resultan muy pertinentes las palabras de Ana Domínguez, la comisaria de este atractivo y bien urdido proyecto: «Todavía hay quien piensa que la misión del diseño es un asunto de “maquillaje”, que consiste en adornar un objeto para hacerlo más llamativo, extraño u original. Con esta exposición se pretende mostrar una serie de proyectos en los que el diseño es fundamental. Gracias a la visión personal y el método del diseñador, enfrentados a un material, un producto o una actividad, se llega a soluciones ingeniosas, muchas veces inesperadas, que tienen que ver con la estética, sí, pero también y de modo fundamental, con otros aspectos imprescindibles. El diseño, tal como lo entienden los autores seleccionados, es un agente activador de la economía, del cambio social y de la cultura. Esta muestra se centra en proyectos en los que el diseño se alía con procesos artesanales o industriales que atraviesan un mal momento o podrían desaparecer».
Como la cita trata de hacernos ver, el diseño no es una cuestión de adorno o «maquillaje», ni tampoco solo de estética (tal como a mediados del siglo XIX el movimiento demostró), sino que es también –y quizás sobre todo– una cuestión de ética. Ética de la funcionalidad, de la necesidad de crear productos útiles, agradables, plausibles, incluso imprescindibles. Y está claro que para ese viaje no son necesarias alforjas llenas de materiales caros, industriales o despersonalizados: lo que se necesita es imaginación, respeto al medioambiente y a todo tipo de culturas, reivindicación de ciertos procesos artesanales y un profundo convencimiento de que la sostenibilidad debe ser un factor capital del diseño y de todas las actividades humanas.
La cita nos hace ver que el diseño no es solo cuestión de adorno o estética
Dentro del elevado nivel e interés de las dieciséis propuestas seleccionadas –sin olvidar el propio diseño del montaje, sobrio y atractivo– me gustaría destacar algunas de las que encuentro más logradas. Por ejemplo, «The Story Vases» (Jarrones con historia), del colectivo sueco Front : unos contenedores de vidrio cubiertos por textos escritos con cuentas de cristal que recogen fragmentos de relatos de la tradición zulú (Sudáfrica). O «transNeomatic», de los hermanos Campana , conocidos diseñadores brasileños, que forman parte del programa «Design with Concience», de Artecnica (Los Ángeles), una empresa que crea productos según principios humanitarios y medioambientales, que dio lugar a un recipiente hecho con neumáticos de moto reciclados y mimbre natural. Perteneciente a ese mismo programa, la holandesa Hella Jongerius , muestra el proyecto «Beads and Pieces», a partir de piezas de la tradicional cerámica negra peruana, realizada por la tribu Shipibo. Muy sugerente es asimismo la propuesta de la francesa Florie Salnot «Plastic Gold» (Oro de plástico), una serie de joyas hechas a partir de botellas de plástico, en colaboración con mujeres del campo de refugiados saharaui de Dakhla.
Aquí, en España
Dentro del ámbito nacional, y recuperando materiales y técnicas artesanas tradicionales de nuestro país, quiero señalar las propuestas de Martín Azúa , que recurre a un elemento tan aparentemente alejado de las prácticas contemporáneas como es el esparto, para realizar piezas tan atractivas como la alfombra «Trepitjada», a partir de suelas de alpargata. Pisar las pisadas… O Guillem Ferrán , con el proyecto «Donde la memoria solía sentarse», una serie de sillas y asientos en madera y enea, que nos remiten a la icónica butaca de 1934 del diseñador y arquitecto del GATCPAC, Josep Torres Clavé. Por último, el madrileño Álvaro Catalán de Ocón despliega el proyecto «PET Lamps» partiendo de botellas de plástico reutilizadas, realizadas junto a artesanos indígenas colombianos, que tejen con hoja de Palma, lana y algodón.
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