El Códice Calixtino está en buen estado
Técnicos del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y de la Xunta de Galicia aseguran que el volumen no ha sufrido daños después de su inaudito «secuestro»
«La conclusión preliminar de los expertos es que el Códice está en buen estado». El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte hacía público hace unos instantes el resultado del primer análisis que los especialistas de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia y del IPCE han llevado a cabo sobre el manuscrito del siglo XII. El pronóstico no es definitivo , pero sí alentador. Después de pasar un año en el trastero del exelectricista de la Catedral de Santiago, escondido dentro de una bolsa de plástico y rodeado de cartones polvorientos, el libro no sufre alteraciones.
El pasado 8 de julio, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ofreció al Arzobispado de Santiago que el Instituto del Patrimonio Histórico Español (actual IPCE) hiciese un «che queo» al Códice Calixtino para comprobar el estado del manuscrito. Diez días después, y casi a la misma hora a la que la diócesis recuperó el volumen, un equipo de este centro observaba las «constantes vitales» del libro.
Los técnicos han tomado muestras de la actividad microbiológica, de la calidad del aire y de las superficies de la cámara en la que se alberga el Códice. Los resultados de estos análisis determinarán la «idoneidad» del espacio en el que se encuentra el manuscrito y si conviene llevar a cabo algún tipo de intervención en el volumen.
Se han tomado muestras de la actividad microbiológica y del aire del archivo
El subdirector general del IPCE, Alfonso Muñoz, la jefe del Servicio de Libros y Documentos del centro, Carmen Hidalgo, y la bióloga especializada en conservación preventiva Nieves Valentín han acudido a la cita por parte del Ministerio de Cultura. Desde la Consellería se han desplazado el secretario general técnico, Jesús Oitavén, el director general de Patrimonio Cultural, José Manuel Rey Pixel, la directora del Archivo del Reino de Galicia, Carmen Prieto y los restauradores Jorge Medín y Águeda Guardia. El archivero de la Catedral, Segundo Pérez, ha acompañado a los especialistas durante el análisis.
¿Qué es lo mejor para el Códice?
«La política en el tratamiento de obras es la conservación preventiva frente a la intervención» , explicaba Carmen Hidalgo a ABC la semana pasada, cuando aún no se había decidido si el IPCE examinaría el libro. La intervención implica una actuación directa sobre la obra: restaurar páginas rasgadas, ilustraciones deterioradas... La conservación consiste en controlar los agentes «externos» que puedan deteriorar la obra (humedad, luz, temperatura), pero sin manipularla. Los técnicos llevan a cabo un estudio documental y material de la obra –soporte, técnicas, tintas y composición del papel, etc– y elaboran unas recomendaciones para conservar la pieza minimizando los riesgos.
La jefa del Servicio de Libros y Documentos aseguró –antes de estudiar el Códice en persona– que las condiciones en las que se custodia «no son las óptimas» . «Hay dos factores especialmente delicados: la temperatura y la humedad. Cualquier cambio puede estropear el pergamino o las ilustraciones», explicaba. Hidalgo iba un paso más allá y señalaba que el examen del manuscrito «podría ser un buen pretexto para realizar la conservación preventiva y la catalogación de todo el archivo de la catedral» .
El IPCE recomienda «revisar» todo el fondo de la Catedral de Santiago
El subdirector general del IPCE señalaba: «Estamos listos para desplazar un equipo a Santiago en cualquier momento. En cuanto lo pidan, si lo piden...». Lo decía con la sonrisa del que lo sabe y no lo puede decir, o del que no lo sabe pero por si acaso hace las maletas. Muñoz recordaba que la decisión dependía del Arzobispado de Santiago y de la Xunta de Galicia . «Normalmente nos piden ayuda [los museos nacionales, las Comunidades Autónomas...] cuando les faltan métodos o herramientas de intervención», explica el investigador. El Museo Arqueológico Nacional, por ejemplo, entregó recientemente al Instituto 1.100 piezas de su colección para su conservación preventiva y restauración: pinturas, esculturas, documentos y momias que podrán verse en la reapertura del museo.
Sobre la conveniencia o no de llevar el codex a Madrid para su estudio y eventual restauración, Hidalgo señala que, para ello, tendrían que crear un «clima» similar al de Santiago –fresco y húmedo– para trasladarlo y manipularlo en el Instituto. El resultado de los análisis determinará si es necesario someter el manuscrito a una restauración y si, de ser así, recomiendan alejar el Códice –de nuevo– de la que ha sido su casa durante los últimos 800 años.
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