La herencia ratifica que el Goya de la Fundación Selgas no podía venderse
El cuaderno particional que adjudicó los bienes de las fundadoras blindó toda la colección artística de la familia
Tras querellarse contra un albacea, las fundadoras legaron al patronato inmuebles, depósitos y acciones
Las hermanas Fagalde blindaron en 1992 los cuadros de Goya y El Greco que el actual patronato de la Fundación Selgas-Fagalde acordó vender para hacer frente a sus problemas económicos . Varios documentos revelados por ABC, entre ellos el testamento de Manuela Fagalde −una de las dos fundadoras− y las bases estatutarias ... , así lo atestiguan.
Una nueva escritura notarial a la que ha tenido acceso este diario, el cuaderno particional de Carmen Fagalde que adjudicó el reparto de los bienes de la familia tras morir su hermana, a los 84 años, ratifica que la fundación heredó toda la obra artística con la misión de mantenerla unida «sin permitir la dispersión de ninguna de sus piezas o elementos».
El inventario, corroborado por el notario Antonio Fernández-Golfín en julio de 1992, como informó la consejera de Cultura del Gobierno asturiano, Berta Piñán , hace dos semanas, cifró en 995 millones de pesetas –casi 6 millones de euros– el valor de todos los bienes legados a la fundación, de los cuales 859 millones de pesetas estaban destinados a la actividad ordinaria de la entidad.
Entre ellos, destacaban viviendas como la de Jorge Juan, 6, que debía ser la principal vía de ingresos, otros inmuebles del centro de Madrid y un importante paquete accionarial en Banesto, entidad de la que Juan Selgas fue consejero, amén del conjunto de la Quinta en Cudillero (Asturias), con toda su colección patrimonial.
En dicho cuaderno particional, Carmen Fagalde, en su triple condición de albacea solidaria, legataria usufructuaria universal y fundadora de la institución, en todos los bienes, derechos y acciones referidos «instituye heredera nudo propietaria, que se consolidará con el pleno dominio al fallecimiento de la usufructuaria, a la Fundación Selgas-Fagalde […] si ya estuviese constituida».
La entidad se constituyó en octubre de 1991 y se inscribió en el Ministerio de Justicia en junio de 1992, con la redacción de unos estatutos que calificaban la colección artística de la Quinta como dotación fundacional y, por tanto, no enajenable .
Lejos de justificar que los cuadros de Goya y El Greco no pertenecen a la dotación fundacional, como sugirió Piñán, que es patrona de la entidad por su cargo de consejera, la escritura inventarial deja claro que los «cuadros, muebles, objetos de arte y ajuar doméstico» son «bienes inalienables» y se le encomienda al patronato realizar «el correspondiente inventario de acuerdo con los estatutos fundacionales».
El valor de estos bienes, antes de que en 1993 produjera la atribución del 'Aníbal vencedor' de Goya , se estimaba en 305 millones de pesetas, algo más de 1,8 millones de euros. En 2019, la fundación atribuía a su colección artística un valor contable de más de 60 millones de euros. El ‘Aníbal’ estaba tasado en 7,2 millones.
Colección asturiana
De todos los bienes inventariados en el cuaderno particional, las hermanas reservaron 127 millones de pesetas que repartieron en cuantías que iban desde los doce millones al millón entre el personal del servicio y otros bienes que adjudicaron al Cottolengo del Padre Alegre, a quien legaron el conjunto de objetos y mobiliario que se encontraba en la capilla de la casa de Madrid en la que vivían las hermanas.
El legado del Cottolengo comprendía cuadros, una cruz procesional de plata, cálices, figuras, relicarios y mobiliario diverso, además de un cuadro pintado por Niño de Guevara, el único que se separa expresamente de la dotación, aunque en las cuentas de 2020 de la fundación sí figura como bien propio. El valor de estas propiedades se estimaba en 1992 en 7,6 millones de pesetas.
Los cuadros de Goya y El Greco, que el actual patronato declaró como bienes no adscritos a la dotación el pasado mes de noviembre para poder venderlos sin la preceptiva autorización del Ministerio de Cultura, llevan vinculados a la colección asturiana de la Quinta desde, al menos, 1924, según las fichas del inventario que la entidad empezó a hacer en 1993.
El 'Aníbal' estaba ubicado en el tocador de una alcoba y la 'Inmaculada Concepción' en la biblioteca. En los años 30 lo llevaron a Madrid por la revolución de Asturias. Se perdió en la Guerra Civil y, cuarenta años después, cuando lo recuperaron, volvió a Cudillero.
El Protectorado de Fundaciones lleva tres semanas investigando la legalidad de las operaciones de la Fundación Selgas, que también ha efectuado compras inmobiliarias e inversiones que han tenido como beneficiarias empresas relacionadas con el presidente, Gregorio Peña Varona, por las que arrastra deudas de más de 7 millones de euros.
Según el acta de la reunión de noviembre de 2020, con los 3 millones que recibirían por el Goya el patronato esperaba atender los pagos pendientes. Los 5,5 millones de la 'Inmaculada Concepción', venta que impidió Cultura, permitirían afrontar con tranquilidad «un eventual cierre del hotel» que la entidad tiene en Sevilla.
La Fiscalía de Asturias también investiga, a instancias de Foro Asturias y Podemos, si el patronato ha incurrido en los delitos de administración desleal, apropiación indebida o estafa.
No es esta la primera vez que la Fundación Selgas se ve envuelta en un litigio legal. En la redacción del cuaderno particional, de hecho, se hace referencia a una querella por estafa que Carmen Fagalde presentó poco antes de morir contra Luis Gozalbo -hoy fallecido-, el otro albacea solidario que había nombrado su hermana para administrar los bienes.
Cuando en octubre de 1991 las hermanas Fagalde formalizaron la fundación, consumaron sin saberlo también la venta de un inmueble en Jorge Juan, 8, una de las zonas más caras de Madrid, a una sociedad de Gozalbo, quien durante 24 años había sido su abogado de confianza. El precio:275 millones de pesetas, con un pago de 5 y otros 270 en un plazo de 30 años sin intereses. Manuela murió un mes después y Carmen en octubre del 92, con 95 años.
Litigio con un albacea
En el único patronato en el que participó Carmen, a principios de octubre, estipuló que bajo ningún concepto la fundación debía relacionarse con Gozalbo y ordenó colaborar «con todos los medios oportunos y adecuados para la recuperación del inmueble», que debía integrarse también entre los medios económicos que debían financiar el mantenimiento de la Quinta.
El primer director de la fundación, Ignacio Marzal , se pronunció en noviembre de 1992 a favor de continuar con la querella, pero unos días después Gregorio Peña fue elegido presidente y dijo que con la muerte de Carmen esa querella había quedado sin efecto. Peña, que no estaba entre vocales del primer patronato constituido por la última de las Fagalde, había sido propuesto como patrono por Gozalbo en julio.
El actual responsable de la entidad se comprometió a ocupar la presidencia «solo unos meses, hasta que se terminen las funciones testamentarias y se ponga en marcha la fundación», sin agotar el mandato de cinco años. La presidencia, dijo, debía asumirla «una persona que esté más en relación con la cultura asturiana».