PERFIL
El «pajinismo» entra en descomposición
La ex «número dos» del PSPV vuelve a aplazar su regreso a la política valenciana, mientras sus fieles pierden peso en la federación socialista
El grupo de dirigentes y militantes del PSPV alicantino que durante la etapa de Zapatero se dio en llamar «pajinismo» por su cercanía a la que fuera sucesivamente secretaria de Estado, secretaria de Organización del PSOE y ministra de Sanidad, Leire Pajín, ha entrado en descomposición. Con su referente político lejos de la Comunidad –Pajín cumple su segundo año en la Organización Panamericana de la Salud y no da muestras de querer volver a la política–, el grupo no para de registrar fugas de «primeros espadas» y cada vez pesa menos en un socialismo valenciano dominado por el neo-lermismo y entregado a sus potenciales socios de gobierno tras las elecciones de 2015: Compromís y EU.
Del serio retroceso que ha experimentado el «pajinismo» en el PSPV da una idea el resultado de la recolecta de avales para los aspirantes a suceder a Rubalcaba al frente del PSOE. Pajín y los suyos han apostado desde el primer momento por Eduardo Madina, que tiene una notable sintonía con la catalana Carme Chacón y cuyo ascenso a la cúpula de Ferraz podría propiciar el regreso de la benidormense a la primera línea. Sin embargo, el bilbaíno solo se ha adjudicado en la provincia de Alicante el 50,03% de los avales.
El secretario provincial del PSOE, David Cerdán, a quien Pajín encomendó hace dos años refundar el «pajinismo»,fue elegido con un 80% de los apoyos. Apenas dos años después, su control del partido en Alicante ha retrocedido de forma alarmante. Más si cabe si se tiene en cuenta que el «número dos» del PSPV, Francesc Romeu, se unió a los pajinistas para recabar apoyos para Madina, o que Cerdán destinó a tres liberados del partido a hacer campaña por el bilbaíno entre las agrupaciones locales.
Deserciones
Por el camino, antiguos referentes del sector afín a Pajín, como el exalcalde de Elche Alejandro Soler o la exportavoz municipal del PSOE en Alicante Elena Martín, han «desertado». Soler, vocal de la ejecutiva federal –aunque renunció a sus cargos al verse envuelto en un juicio por malos tratos, del que resultó absuelto–, rompió definitivamente con el pajinismo en el congreso del PSPV que eligió a Ximo Puig. No obstante, mantiene todavía su amistad personal con la exministra.
En cuanto a Elena Martín, que llegó a ser secretaria de Organización de los socialistas valencianos gracias a la ascendencia de la benidormense, está más fuera que dentro, con varios expedientes disciplinarios abiertos.
Mientras, la que una vez fue la mujer con más poder en el PSOE, sigue apoltronada en su cargo como asesora de la PAHO (la Asociación Panamericana de la Salud, en sus siglas en inglés), sin prisa por volver. Este mes cumple dos años en su puesto, por el que percibe 100.000 euros al año, sigue viviendo en Nueva York –donde ha coincidido a menudo con otra exministra en la ONU, Bibiana Aído–, y solo se plantea un escenario para volver a la primera línea: que Madina sea el nuevo secretario general del PSOE y sitúe a Chacón en un cargo de relevancia en su organigrama. Un escenario que facilitaría el regreso de Pajín a Ferraz con vistas a convertirse, a medio plazo, en la apuesta de futuro del socialismo valenciano.

