Más de dos millones de artículos científicos han desaparecido de Internet
Un estudio señala que, a pesar de contar con identificadores de objetos digitales (DOI) uno de cada cuatro artículos publicados por investigadores no se encuentran en ninguno de los principales archivos digitales
El año en el que la ciencia cometió 10.000 errores
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónMás de una cuarta parte de los artículos científicos que se publican en la actualidad no se archivan ni se conservan de forma adecuada, lo que en la práctica significa que no son recuperables ni accesibles y que, muy al contrario, se 'pierden' en Internet. ... Eso es lo que ha descubierto Martin Eve, investigador en literatura, tecnología y publicaciones de la Universidad de Londres, tras rastrear más de siete millones de referencias de artículos científicos. El hallazgo pone de manifiesto que los sistemas para preservar en línea los trabajos de los científicos no han logrado seguir el frenético ritmo de crecimiento de la producción de nuevas investigaciones.
En un estudio publicado hace solo algunas semanas en 'Journal of Librarianship and Scholarly Communication', Eve identificó más de dos millones de referencias de las que no había ni rastro en los principales archivos digitales, y ello a pesar de contar con un DOI activo. Un DOI (Digital Object Identifier) es una cadena de números, letras y símbolos que se utiliza para identificar de forma única un artículo o documento y proporcionarle una dirección web (URL) permanente, una suerte de 'huella dactilar' que se utiliza para identificar publicaciones específicas, como artículos académicos o informes oficiales. Crossref es la agencia de registro de DOI más grande y asigna identificadores a unos 20.000 miembros, incluidos editores, museos y otras instituciones. Eve también participa en este organismo en tareas de investigación y desarrollo de infraestructura digital.
«Toda nuestra epistemología de la ciencia y la investigación se basa en la cadena de notas a pie de página -explica Eve a 'Nature'. Y si no puedes verificar lo que otra persona ha dicho en algún otro momento (consultando su artículo), simplemente estás confiando en una fe ciega para detectar artefactos que ya no puedes leer por ti mismo«.
Rastreando en Internet
En su trabajo, Eve comprobó si 7.438.037 obras debidamente etiquetadas con DOI podían encontrarse, o no, en los archivos digitales. La muestra de DOI del estudio consistió en una selección aleatoria de hasta 1.000 artículos registrados por cada organización miembro. Y resultó que hasta el 28% de estos trabajos, más de dos millones de artículos, no aparecieron en un importante archivo digital, a pesar de tener un DOI activo. Sólo el 58% de los DOI hacían referencia a obras que habían sido almacenadas en al menos un archivo. El otro 14% fue excluido del estudio porque se trataba de publicaciones demasiado recientes, no eran artículos de revistas o no tenían una fuente identificable.
Eve, sin embargo, señala que el estudio tiene algunas limitaciones, y advierte de que solo se rastrearon artículos con DOI, y de que no se buscaron artículos en todos los repositorios digitales existentes, como por ejemplo en repositorios institucionales. A pesar de ello, el análisis ha sido bien acogido por los especialistas en conservación.
«Muchos asumen ciegamente que si tienes un DOI, tu trabajo estará ahí para siempre -dice Mikael Laakso, que estudia publicaciones académicas en la Escuela de Economía Hanken de Helsinki-. Pero eso no significa que el vínculo siempre funcionará». En 2021, de hecho, Laakso y sus colegas informaron de que más de 170 revistas de acceso abierto habían desaparecido de Internet entre 2000 y 2019.
En su estudio, Eve sugiere algunas medidas que podrían mejorar la situación, como requisitos más estrictos en las agencias de registro DOI o una mayor concienciación de editores e investigadores sobre la cuestión.
MÁS INFORMACIÓN
«Todo el mundo piensa en los beneficios inmediatos que se pueden obtener al publicar un artículo en alguna parte -dice Eve- pero en realidad deberíamos pensar en la sostenibilidad a largo plazo del ecosistema de investigación. Cuando lleves muerto ya 100 años, ¿podrá la gente tener acceso a las cosas en las que has trabajado?».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete