Juan Vidal, en el olimpo de la moda española

El blanco puro abre el desfile , un blanco que es pureza y luminosidad, la de las diosas a las que dedica esta pasarela. «Hemos perdido ese interés por buscar la belleza, por eso este mundo va tan mal, porque la juventud no la busca», nos decía un ilusionado Juan Vidal antes de presentar su colección.

No es para menos que esté contento con el resultado de su trabajo. Las diosas que Juan Vidal ha puesto sobre la pasarela ataviadas con sus prendas resultaron alegantes y, sobre todo, bellas. Muy bellas.

De la pureza del blanco, empezaron a deslizarse por la pasarela una paleta de colores suaves, renacentistas, azules y dorados, hasta llegar al negro riguroso. «Los curas que he visto por Roma, por toda Italia, están ahí representados», nos comentaba. «Los estampados me los ha hecho Miguel Ángel », reía el diseñador al mostrar que el estampado de algunos de sus vestidos eran los Ángeles del pintor.

Los vestidos ajustados y tableados dieron paso a los más vaporosos, excesivamente transparentes y sugerentes. Al fin y al cabo para el diseñador el cuerpo femenino es bello y por eso lo deja ver. L as faldas han sido una constante durante todo el desfile. «Han tenido tanta acogida estas faldas midi armadas, con volumen, que las he tenido que reinterpretar para esta colección. Al igual que las sandalias de cristal», nos explicaba el diseñador.

Como looks finales, las «novias de Juan Vidal», aunque no pretendía hacerlas, ha hecho una propuesta para novias diferentes , especiales, versátiles, en donde por primera vez trabaja con tull y donde los cuellos, como a lo largo de la colección, toman protagonismo. Una bella colección.