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Qué hacer cuando sientes que te exigen cada día más sin dar nada a cambio

La psicóloga Belén Colomina, experta en mindfulness, propone un recorrido por estas tres sesiones de meditación guiada para reducir el nivel de autoexigencia y poner foco en aquello que nos ayuda a mejorar nuestro bienestar físico y emocional

R. Alcolea

Más trabajo, más responsabilidades, más cosas pendientes, más necesidades creadas, más obligaciones impuestas, más tareas autoimpuestas, menos recursos, menos tiempo libre, menos ganas de disfrutar, menos satisfacción, menos energía... ¿Eres un saco sin fondo, un porteador sin límite de peso o tal vez un 'punching ... ball' sobre el que otros descargan su presión, su ira o sus frustraciones? No siempre la suma de los 'más' y de los 'menos' da como resultado un equilibrio. Sentir una exigencia (y también una autoexigencia) máxima en nuestro día a día (laboral, familiar, sentimental...) sin percibir que exista una compensación que haga que merezca la pena el esfuerzo puede llegar a frustrar, bloquear y destruir a una persona. Es el caldo de cultivo perfecto para la ansiedad, con todo lo que eso conlleva, o incluso para la depresión.

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