Emocionario

Hiperactividad

No es lo mismo ser una persona activa que tener hiperactividad

Hiperactividad. Adobe Stock

I. M.

28/09/2022 a las 09:19h.

La hiperactividad un trastorno crónico del desarrollo neuropsiquiátrico que con mucha frecuencia suele ser diagnosticada en la infancia. Es verdad que, en muchos casos, este trastorno suele disminuir según la persona se va haciendo mayor.

Lo primero que hay que tener en cuenta ... es que no es lo mismo ser una persona activa que tener hiperactividad. Esto último se refiere normalmente a una actividad constante, tener un mayor movimiento, acciones impulsivas, periodos de atención más cortos y con una gran facilidad para distraerse. Otra de las características de las personas hiperactivas es que pueden llegar a tener un comportamiento más agresivo, así como hablar sin parar y una gran dificultada para participar en actividades que requieren silencio como, por ejemplo, la lectura.

El problema de la hiperactividad es que no es fácil de identificar o definir. En muchas ocasiones depende de la persona que observe a los niños, ya que hemos dicho que este trastorno suele diagnosticarse en menores, porque es indudable que hay niños que son mucho más activos que otros. El punto importante para detectar hiperactividad está en que el movimiento o el comportamiento del menor sea constante. Es decir, que este constantemente activo y, muchas veces de forma inapropiada en un momento o lugar determinado. Si es algo que ocurre una o dos veces en un niño no hay que darle la mayor importancia, la clave está en la constancia. Si es siempre, hay un problema.

Además, de las características que hemos mencionado anteriormente para poder pensar que un niño es hiperactivo , estos también suelen moverse con mucha rapidez, algo que les hace tropezarse con personas y cosas. Otro signo a tener en cuenta, es cuando el niño juega siempre de manera brusca lo que puede hacer que haga daño a sus compañeros o a sí mismos.

De todas maneras, la hiperactividad puede mostrarse de manera diferente dependiendo de la edad y del niño. El constante “no parar” del que hablábamos no solo se ve en el saltar y el correr: el niño que parece que no calla; interrumpe a otros con frecuencia; va de un lugar a otro de manera torpe; se mueve todo el rato cuando está sentado; tropieza con las cosas; se muestra inquieto y necesita tocar y jugar con todo y tiene dificultad para sentarse a comer y realizar actividades en silencio .

En muchas ocasiones la hiperactividad se considera más un problema para las escuelas y los padres que para el niño, aunque en realidad, muchos niños hiperactivos son infelices, e incluso depresivos. Un comportamiento hiperactivo puede llevar al niño a que sea blanco de acoso escolar o que su trastorno le dificulte conectar con otros niños. Las tareas escolares y en clase se convierte en algo muy difícil para ellos y en muchas ocasiones se incrementa esto por los castigos que reciben estos niños que son hiperactivos pero que no han recibido ningún diagnóstico.

Una de las causas principales de la hiperactividad es el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), una condición más común de lo que nos pensamos y que está causada por diferencias a nivel del cerebro.

Además, se trata de un síntoma fundamental del TDAH, un trastorno que no desaparece al crecer , mientras que la hiperactividad a menudo sí, o al menos se vuelve menos extrema.

También puede darse hiperactividad por condiciones médicas, físicas y mentales, como pueden ser los problemas en la tiroides, la falta de sueño, la ansiedad o los traumas relacionados con situaciones de abuso.

El facilitar a los niños hiperactivos a entretenerse con juegos, hacer deporte, quehaceres domésticos y otras actividades puede ayudarles a desarrollar un autocontrol. Además, es fundamental que la familia no haga sentirse mal o avergonzar a un niño hiperactivo.