Tres medidas eficaces para reducir la sal y mejorar la hipertensión

La reducción del estrés a la práctica de ejercicio físico, la eliminación de hábitos tóxicos como como fumar o consumir alcohol, el descanso de calidad, mantener un peso adecuado y, por supuesto, llevar una alimentación equilibrada y saludable, son clave para mejorar la presión arterial sin necesidad de recurrir a la farmacología que, por supuesto, siempre está ahí para aquellos casos en los que las anteriores acciones no hayan dado el resultado esperado.

En la alimentación, una de las principales medidas a las que se debe recurrir es a la reducción del consumo de sal, recordando que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no sobrepasar los 5 gramos de sal al día y que en España llegamos prácticamente a duplicar esta cifra.

Así que, si quieres reducir la presión arterial, te doy estos tres sencillos trucos para disminuir el consumo y cuidar de tu sistema cardiovascular:

Al contrario de lo que piensa mucha gente, no es que añadamos demasiada sal a los alimentos que cocinamos en casa, sino que esta sal de más procede en su mayoría de los alimentos procesados que compramos: salsas, productos precocinados, caldos y cremas, pan, productos cárnicos elaborados, conservas… Por lo que a partir de ahora debes fijarte en el etiquetado nutricional de los alimentos y comprobar la cantidad de sal que tienen. Cuando veas que tiene más de 1 gramo por 100 g de producto puede considerarse que el contenido de sal es alto.

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Si eres fan de las conservas, ya sean de verduras, de pescados o de legumbres, recuerda siempre puedes eliminar el 'líquido de gobierno' (así es como se llama al caldo en el que están sumergidas), pues suele ser elevado en sal por su poder conservante. También puedes lavarlas con abundante agua para eliminar el exceso de sal que puedan tener.

Es muy común sacar el salero a la mesa y dejarlo ahí, pero a partir de ahora te recomiendo que evites tenerlo delante para esquivar la tentación de añadir un poco más de sal a la comida. Poco a poco debemos ir entrenando a nuestro paladar para consumir menos sal.

Sabemos que la sal es un potenciador del sabor de los alimentos, pero si la reducimos no tenemos por qué renunciar a ese sabor. De hecho, podemos disfrutar de alimentos más sabrosos sustituyendo la sal por especias, raíces y hierbas aromáticas, que le darán a tus platos un toque especial sin que corramos el riesgo de que eleven nuestra tensión.

Los ajos, el jengibre, las mezclas de hierbas frescas o secas, la pimienta y los cítricos pueden ser buenos aliados para poder reducir el consumo de sal. Prueba a hacer distintas mezclas para añadir a tus platos y verás todo el sabor que pueden aportarle sin necesidad de recurrir a tanta cantidad de sal.

Si tomando estas medidas y llevando un estilo de vida saludable tu presión arterial no mejora, recuerda que debes consultar con tu médico para que te aconseje los posibles tratamientos farmacológicos que mejor se adapten a ti. Te aconsejo, no obstante, que sigas primero este orden: mejorar los hábitos y como última opción usar la farmacología. De esta manera no solo lograrás mejorar tu presión arterial sino que también estarás mejorando tu salud a todos los niveles.

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Puedes saber más de Elisa Escorihuela a través de su cuenta de Instagram: @eliescorihuela , su labor en el Centro de Nutrición Nutt y en su libro 'Dietoterapia'. Además puedes leer todas las recomendaciones nutricionales que recogen sus artículos en ABC de 'Aula de nutrición'.