La tarta de higos sin horno perfecta para los días más calurosos

Existen diferentes variedades, los hay con la piel verde o morada y el interior va del rosa claro al rojo brillante. Los higos frescos maduros contienen aproximadamente un 80% de agua . Es una fruta especialmente frágil y perecedera por lo que debemos aprovechar siempre el momento óptimo para usarlos y esta es la época del año perfecta. Si quieres un consejo para conservarlos mejor y más tiempo, solo tienes que tomar un recipiente de cierre hermético colocar en el fondo varias capas de papel absorbente, los higos de pie a continuación, separados y sin que se toquen, y terminar con más papel, la tapa bien cerrada y al frigorífico.

Los higos destacan por su alto contenido en compuestos fenólicos (cantidades superiores a las presentes en el vino tinto o en el té ), algunos de ellos antioxidantes, y porque contienen importantes cantidades de calcio, teniendo en cuenta que es una fruta. Si los comparamos con otras frutas, los higos también son una excelente fuente de minerales, vitaminas y fibra dietética además de ser ricos en aminoácidos. Su aroma es único y se debe principalmente a esos compuestos fenólicos (picantes) y al terpeno floral denominado linalool, ese perfume tan inconfundible que percibimos cuando pasamos cerca de alguna higuera.

Conocidos por su maravilloso sabor, valores nutricionales y propiedades antioxidantes , son consumidos tanto secos como frescos en todo el mundo. Son deliciosos en el desayuno, la merienda o el postre, pero también se pueden incluir en ensaladas, granolas, barritas o bolitas energéticas o tostas. La receta de hoy es una pequeña tarta fresca de higos completamente vegetal en la que prescindimos de azúcares añadidos , usando únicamente el dulzor de los higos frescos y secos.

Para la base , trituramos todos los ingredientes en un procesador de alimentos/robot de cocina hasta que la mezcla se pegue al vaso.

Cubrirmos el fondo del molde desmontable con film transparente o papel vegetal. Colocamos sobre la base la mezcla dulce y presionamos cuidadosamente usando una espátula o cuchara hasta aplanarla. Ponemos la base en el congelador para que se endurezca mientras hacemos el relleno.

Para la crema de coco comenzamos triturando los anacardos en el robot de cocina hasta que formen una crema. Al parar el robot despegaremos lo que se adhiera a las paredes con una espátula. Añadimos lentamente la leche de coco, la vainilla y el limón y seguimos triturando hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Agregamos coco rallado y seguimos triturando.

Retiramos la base ya endurecida y volcamos la mezcla blanca. Congelamos durante dos horas y decoramos con higos frescos y pistachos a la hora de servir. Para que esté en su punto solo tenemos que retirarla del congelador 15 minutos antes de servir.

Una tarta deliciosa rápida y sin necesidad de encender el horno, algo a evitar en verano si no queremos sofocar de calor en casa. ¡Un postre que impresionará! ¿Te atreves a probar?