¿Es realmente perjudicial el eritritol para la salud?

Sin embargo, numerosos expertos hacen hincapié en que se trata de un estudio observacional que tiene ciertas limitaciones. «Muestra que una población a lo largo del tiempo que consume eritritol o tiene una mayor concentración en sangre de este edulcorante puede tener mayores marcadores relacionados con el tema cardiovascular, pero hay aspectos que no mencionan. Hay un sesgo en este tipo de investigaciones, pues se observan dos variables, pero no se puede establecer que una sea causa de la otra », explica Mario Sánchez Rosagro ( @sefifood ), tecnólogo alimentario y divulgador científico.

La dietista-nutricionista Adriana Oroz Lacunza ( @adristylelife ) indica además que esta investigación se ha llevado a cabo con personas que tienen un mayor riesgo cardiovascular y no con personas sanas . Y añade: «Los grupos que han mostrado un mayor riesgo de infarto son aquellos que ya presentaban características que influyen en ello, como una mayor edad, diabetes o más número de triglicéridos». Por lo que el eritritol no tiene por qué ser el causante directo, sino que hay un conjunto de factores que pueden provocar su aparición.

En este sentido, Oroz Lacunza subraya la importancia de revisar cómo está elaborado el estudio y qué aspectos se han tenido en cuenta para llevarse a cabo. El eritritol –señala Sánchez Rosagro– continúa siendo un edulcorante seguro , eso no ha cambiado, «pues esta investigación es de calidad baja, en el sentido de que no es concluyente». No obstante, sí que abre la puerta a seguir investigando acerca de este tipo de productos.

El tecnólogo alimentario insiste en que el eritritol es un edulcorante seguro para el consumo humano: «Para que un aditivo o edulcorante deje de ser seguro y esté probado a través de la ciencia, hacen falta más estudios y más evidencias. Ni mucho menos nos debe llevar a tener miedo o preocuparnos por su ingesta».

Oroz Lacunza recuerda que el estudio tampoco ha tenido en cuenta el estilo de vida de la persona, es decir, ni su alimentación ni su actividad física. «Además debemos tener en cuenta que este edulcorante está presente en algunos alimentos de forma natural y nuestro cuerpo también lo produce».

Que sea seguro para el consumo no quiere decir que su uso sea tan interesante a nivel nutricional. Aunque es cierto que no tiene calorías o estas son mucho más reducidas que en el caso del azúcar, lo que conlleva un menor impacto de la glucosa en sangre, se suele añadir a alimentos de peor calidad. Igualmente hace que nos acostumbremos a un sabor más dulce, por lo que la nutricionista no lo recomienda: «Lo ideal es poder disfrutar de los sabores naturales de los alimentos ».

«Obviamente esto es en la teoría, porque estamos tan acostumbrados a consumir tal cantidad de azúcar o de productos azucarados que no se puede pasar a no tomar nada de la noche a la mañana», manifiesta Sánchez Rosagro. Para ello se necesita seguir una progresión paulatina con la que ir bajando el dulzor de los alimentos que ingerimos. Y recuerda: «En general, para la población sana, no hay ninguna limitación de cantidad que nos vaya a producir un daño o una toxicidad».