Naranja

«Es originaria del sureste de China y norte de Birmania, aunque se la conoce en el área mediterránea desde hace aproximadamente tres mil años. Desde su lugar de origen, el naranjo se extendió a Japón y a lo largo de la India, llegó a Occidente, por la Ruta de la Seda. Los árabes la introdujeron en el sur de España en el siglo X, aunque el naranjo dulce no fue conocido hasta 1450. A partir de ese momento fue extendiéndose por toda Europa, alcanzando gran popularidad durante la segunda mitad del siglo XV», cuentan desde la Federación Española de Nutrición .

Se aprecia en la textura y sobre todo en la frescura y sabor cuando una naranja está fuera de temporada, o peor, ha sido congelada. La naranja es uno de los productos que España más exporta y a la vez más importa. Muy arraigada a nuestra cultura, todo un icono del levante y de los palacios andaluces, y que podemos encontrar en una gran variedad de platos dulces o salados.

Aunque es una de las frutas más sanciantes, la naranja no solo se emplea para hacer zumo o comerla como postre, con su pulpa y retirando la piel, sino que forma parte de ricas recetas como crema de naranja, de naranja, galletas saludables con un toque de esta fruta o tarta de queso y naranja al jengibre. Sin embargo, también se emplean para salsas, helados y macarons decorados con chocolate y naranja confitada, entre otros.

Junto al brócoli o los arándanos , la naranja es uno de los alimentos más beneficiosos que lucha contra el envejecimiento celular y, también, contra el envejecimiento de la piel. Esto se debe a que esta fruta aporta vitamina C a nuestro organismo. ¿Lo mejor? Previene diferentes enfermedades.