Juan Miguel Vega
La corona de Adviento
Noviembre se muere; y su adiós es para siempre. Cuando el año que viene regrese, ninguno de nosotros seremos ya los mismos
Articulista de Opinión
Colaborador de Opinión
Juan Miguel Vega
Noviembre se muere; y su adiós es para siempre. Cuando el año que viene regrese, ninguno de nosotros seremos ya los mismos
Juan Miguel Vega
Yo creo que el pregón del tapicero es en el fondo un trasunto de la voz de la conciencia de Sevilla
Juan Miguel Vega
Una pringá, elaborada conforme a los cánones instituidos por la tradición secular, constituye todo un monumento gastronómico
Juan Miguel Vega
Vi el otro día un niño bailando el trompo. Juro que no era un fantasma
Juan Miguel Vega
Olvidemos pues cuanto sepamos, enseñemos al que sabe a no saber y abracemos la ignorancia, que nos hará libres y aptos para sentar cátedra
Juan Miguel Vega
Ha pasado ya una semana de la misión y empieza a parecer que fue hace una eternidad. Surge ahora la inevitable pregunta: ¿ha servido para algo?
Juan Miguel Vega
Aquí no hay pasado, presente o futuro. Aquí hay todo eso a la vez. Nada pasa
Juan Miguel Vega
El paisanaje del taxi sevillano ha mutado de tan radical manera que quizá en algún lugar del mundo, alguien esté a esta hora elogiando nuestro grado de progreso y civilización
Juan Miguel Vega
El sevillano de pro, ante la duda de la vida eterna y lo esquivo de la reencarnación, opta por reeditarse en la siguiente generación
Juan Miguel Vega
Su atmósfera era grave, pero con un punto de guasona incorrección
Juan Miguel Vega
Hoy que empezamos a escribir en el ABC, he vuelto a sentir el aroma del café recién hecho por mi madre
Juan Miguel Vega
¿Se dan cuenta? No hemos hecho otra cosa que tener miedo desde que comenzó este puñetero siglo. En Sevilla también estrenamos el milenio aterrorizados. Fue aquella Madrugada en la que el pánico se adueñó de nuestras calles por unos instantes eternos
II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular
Una de las devociones sevillanas por antonomasia estará presente en la procesión Magna de clausura del Congreso de Hermandades y Piedad Popular
Juan Miguel Vega
Describir, no ya la belleza, la magia, el embrujo, lo sublime de una escena que hacía estremecer el alma, es algo para lo que sería necesario inventar palabras nuevas