El exministro José Blanco ha protagonizado hoy un desayuno informativo en Santiago donde ha expuesto sus ideas de Europa para los comicios del 25 de mayo –en los que será el candidato de los socialistas gallegos–, un momento en el que «no se dirime únicamente quién gana las elecciones sino qué rumbo toma Europa». En el turno de preguntas, el lucense se ha mostrado reacio a hacer autocrítica y a responder a cuestiones sobre el PSOE. Preguntado por diferentes asuntos de la Comunidad, ha llegado a afirmar: «Las preguntas sobre Galicia hay que hacérselas a José Ramón –en alusión a Besteiro, que le presentó en el acto–, no a mí».

Blanco ha asegurado que «el proyecto europeo se tambalea» y se «ha ido alejando de los principios fundacionales» por «el encadenamiento de mayorías conservadoras». En esa línea, ha criticado «la velocidad excesiva en los tiempos de reducción del déficit» porque «estrangula el crecimiento» y ha proclamado que «la austeridad ha fracasado». «O Europa devuelve la esperanza a la gente o la gente perderá definitivamente la esperanza en Europa», ha indicado.

Su apuesta pasa por «una verdadera integración económica. Y eso exige cesión de soberanía y sometimiento a una verdadera autoridad económica europea». Preguntado sobre el desafío soberanista de Artur Mas, ha animado a Mariano Rajoy a «desactivarlo» y para ello le ha animado a «que tome nota» de cómo lo hizo Zapatero con el plan Ibarretxe.

Quien fuera titular de Fomento en el último Gobierno socialista ha negado el inicio de la recuperación económica y ha desgranado alguna de las medidas de su programa: un pacto por el empleo, un plan de inversiones equivalente al 1% del PIB de la UE, el impulso de una nueva política industrial, restablecer el flujo del crédito y «la implantación de la garantía juvenil para que todos los jóvenes puedan conseguir un puesto de trabajo o un contrato de formación».

«Orgulloso de Zapatero»

«Es de justicia hacer pagar a los responsables de la crisis por los costes que ha ocasionado», ha declarado Blanco, quien ha presumido varias veces de la gestión del Ejecutivo de Zapatero del que fue integrante: «Me siento muy orgulloso. Todo ha empeorado desde entonces».

Respecto a Galicia, que solo ha ocupado la parte final de su discurso, ha criticado el veto a la construcción naval –pero obviando alusiones al socialista Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia que resolvió el «tax-lease» contra los intereses gallegos– y las negociaciones del sector lácteo o pesquero, de las que ha culpado a Miguel Arias Cañete, candidato del PP.