Miguel Poveda: «Lo importante es abrir puertas, no darme un baño de multitudes»

Pero para llegar hasta aquí, Miguel Poveda reconoció que otros muchos han allanado el camino: «Es un homenaje a esos artistas que han hecho posible que alguien como yo pueda cantar en Las Ventas, en el Teatro Real, en el Odeón de París o en el Carnegie Hall de Nueva York, como Paco de Lucía, Carmen Amaya, Camarón, El Lebrijano, Enrique Morente...»

«Para mí es tan grande Gardel como podría serlo Manolo Caracol»También citó a otros grandes del cante jondo que aparecerán como invitados el 21 de junio, como Lole (de Lole y Manuel) o Carmen Linares, «que además de ser una gran artista, ha tenido la humildad de apoyar siempre a los jóvenes, como hizo conmigo». De ella, precisamente, contó una graciosa anécdota: «Cuando me conoció me dijo que yo no parecía flamenco, "pero no importa, porque yo parezco farmacéutica"».

En lugar de presentar un disco concreto, Poveda hará un repaso a esos 25 años, en lo que tendrán cabida los diferentes géneros que ha abordado, o como él mismo denomina, distintos «colores» musicales. Por ejemplo, «el color de la poesía y de los poetas que he cantado, como Alberti o Miguel Hernández».

También estará presenta la copla, «que siempre he defendido«; y «las músicas populares latinoamericanas. Siento un gran amor por esas músicas, y en esa parte transitaré por el tango, el bolero, la canción mexicana, con parada en Chavela Vargas». Y, por último, el fado, para lo que contará con la ayuda, esa noche, de la fadista Mariza .

«La subida del IVA hace imposible que un artista pueda desarrollar sus proyectos»Resultó inevitable hablar de la grave situación actual, y de la cultura en particular. «No me quiero poner pesimista, pero no lo están poniendo fácil para el mundo del arte, y por supuesto que la música flamenca, como siempre, es de las músicas que peor paradas salen. Está claro que la subida del IVA hace a veces impensable que un artista pueda desarrollar sus proyectos».

Continuó enumerando los obstáculos que se dificultan el camino: «Las contrataciones por parte de los ayuntamientos son mínimas, y el artista tiene que programarse a sí mismo, autogestionándose, con la suerte de llenar o no llenar. Y luego está que lo puedan cubrir los medios, porque cada vez están echando a más periodistas de sus puestos. Se hace todo muy difícil».

Como ejemplo del respeto que sienten otros países «hacia sus músicas, hacia sus propios artistas», y que aquí echa de menos, citó el caso de Argentina, «el culto que sienten hacia el tango, con la clase y la elegancia que la tratan, y los museos que hay en torno al tango y a las figuras del tango. Me da mucha pena, porque para mí es tan grande Gardel como lo podría ser Manolo Caracol. Pero nosotros no le damos la misma importancia».