«Pechos fuera»: La frase que nunca existió

Como muchas otras, esa orden de ataque que nunca existió forma parte del universo de las leyendas urbanas, que nadie sabe como nacen, pero casi todo el mundo acaba creyéndoselas. Más aún cuando la mayoría de aficionados de la serie consideraba que la decía la que fue la primera heroína para buena parte de los chicos que hoy pasan la cuarentena. "Lo decíamos en el patio y así pasó a formar parte del imaginario popular", señala Jordi Ojeda, profesor de la UPC y comisario de una exposición sobre el mundo del cómic y los robots que puede verse en el salón del Cómic de Barcelona. Ojeda señala que con la célebre frase pasa lo mismo que con los colores de la serie. "Casi toda España la vio en blanco y negro, pero todos la recordamos en colores" apunta.

El responsable de haber derribado el mito es Pepe Colubi, que tras rebuscar en los capítulos de Mazinger Z, concluyó en un libro que la expresión fue "fruto de la peligrosa imaginación adolescente que mezcla cachondeo y hormonas enloquecidas". Y es que Afrodita tenía un cierto áurea erótico, de ahí que los críos de la época escucharan cosas que en realidad sólo se oían en sus imaginaciones calenturientas. Lo que Afrodita decía en realidad cuando atacaba era “fuego de pecho”, lo que, mezclado en la mente de unos críos de los años setenta que sólo tenían ojos para la novia de Mazinger Z, posiblemente el primer mito erótico de muchos de ellos, derivó en "Pechos fuera", sobre todo en las acaloradas tertulias del patio de colegio. Alex García y Xavi Pallarés, forofos de la serie, aún echan de menos esas charlas escolares, en las que Afrodita era la “feminidad”, la “provocación” y el “erotismo”. “No recuerdo la frase, pero sí que la serie era muy machista. Mazinger siempre tenía que ir a sacar las castañas del fuego a su chica”, rememora un tercer fan, Guillem Sans.

El padre de Mazinger y Afrodita, Go Nagai, confirmó este viernes en Barcelona ese aspecto sexual del personaje femenino. Nagai, que sólo sabe decir en castellano dos cosas (gracias y puños fuera), nació en una familia de cinco hermanos y, con las chicas que fue creando a lo largo de su carrera, fue construyendo a su ideal de mujer, la fémina que le faltaba como hermana. Afrodita, por tanto, representa esa mujer perfecta que él tenía en la cabeza y también esa vertiente erótica que tanto explotó en sus inicios como dibujante de mangas.

Ahora, Afrodita, como Mazinger, acaba de cumplir 40 años, 35 en España, y aunque los dos son ya clásicos del género del manga, aún tienen recorrido. Según su autor, en breve anunciará un proyecto para llevar la serie al cine, con personajes reales, y también al mundo del videojuego, a través de un juego de simulación para PC. Un digno final para unos personajes que nacieron en la cabeza de Nagai un día que estaba en un atasco y pensó en una forma de evitar tanto coche. La solución fue una nave pilotada que dirigía, desde la cabeza, al mayor robot creado hasta entonces. Un gigante que marcó a varias generaciones.