La locura de la incomunicación
El Teatro de la Zarzuela estrena el sábado la ópera «a.Babel. Historias de un manicomio»
SUSANA GAVIÑA
Un científico loco, un loco por el lenguaje, otro por el cante, un político utópico, un loco legalista, un loco por el deporte, una trapecista loca, un loco taurino...
Todos ellos tienen un denominador común, la locura, y también son algunos de los protagonistas de « ... a.Babel. Historias de un manicomio», ópera que se podrá ver en el Teatro de la Zarzuela este fin de semana.
El artífice de esta locura multidisciplinar y multimedia, donde comparten escenario cantantes, bailarines, músicos y acróbatas, es Carlos Galán. Responsable de la partitura —que comenzó a gestar hace 14 años—, del libreto, de la dirección de escena y de la musical, Galán lanza sobre el escenario una reflexión o, más aún, una crítica: «la incomunicación en la que vivimos, que está causada por un mundo lleno de superficialidad. Babel representa el mundo al revés», subraya el compositor.
Una incomunicación que en la obra de Galán no aparece como fruto del lenguaje, «todos hablan castellano aunque nadie se comunica», si no de los fanatismos que cada uno de los personajes defiende dentro de las cuatro paredes de este manicomio, en el que sólo aparecen como cuerdas la directora, que tiene querencia por el bel canto, y la arqueóloga que va al manicomio para hacer una investigación. «Ambas terminan revelándose más locas que los internos», matiza Galán.
Para el libreto, «un compendio de la literatura universal», el compositor ha elegido textos sobre la ininteligibilidad del lenguaje escritos por Leonardo da Vinci, Luis de Góngora, Julio Cortázar y Pero López de Ayala, entre otros; mientras que en la partitura se aprecian reminiscencias de varias fuentes: «Hay guiños a Falla, Chueca, el flamenco, Verdi y bel canto», afirma Galán, que siempre se ha destacado por su radicalidad en su propuesta musical al defender conceptos como la música matérica, en la que cualquier objeto o acción (echar semillas, comer, sorber agua, arrugar un papel) puede aportar un sonido especial.
Con más de cincuenta artistas sobre el escenario —incluido el grupo Cosmos 21—,y con toda la Orquesta del Comunidad de Madrid en el foso, Galán ha querido imprimir al montaje un ritmo «intenso, trepidante que cautivará al público. Es espectacular», asegura. Todo ello en clave de sátira surrealista (no hay más que ver los sombreros que lucen), pues el humor «es la crítica más corrosiva». El reparto está encabezado por Elena Rivera, Marina Makhmoutova, Milagros Poblador y Antonio Comas, entre otros. Participa además el Grupo Laboratorio.
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