Ni crucifijos... ni retrato de los Reyes
La polémica arrancó hace unos meses quitando crucifijos del centro público pucelano Macías Picavea. Sin embargo, la «limpieza» no quedó ahí, sino que se llevó por delante otros símbolos, como los retratos de Don Juan Carlos y Doña Sofía que había en las aulas
La reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León sólo obliga a retirar los crucifijos de las aulas cuando algún padre así lo exija. Sin embargo, esta vez los hechos ha ido por delante de la Justicia y en el colegio público ... Macías Picavea de Valladolid los crucifijos desaparecieron desde hace meses, aprovechando las vacaciones de Semana Santa. Pero la Cruz no es la única ausencia: las clases están más resplandecientes al haber sido repintadas, ya no hay crucifijos sobre los encerados y los retratos de los Reyes ya no presiden las clases. Así lo pudo comprobar ayer ABC en una visita al colegio.
En cuanto al adecentamiento cromático, éste estaba ya previsto en el programa de mantenimiento del centro escolar, mientras que la retirada de los crucifijos obedecía a una resolución de noviembre de 2008 de un juzgado de Valladolid, sentenciado contra la presencia de simbología religiosa en las aulas. Sin embargo, el no retorno de las fotografías de Sus Majestades Don Juan Carlos y Doña Sofía no parece tener relación con ninguno de los dos anteriores motivos. Según fuentes del centro escolar, cuando se procedió al repintado se señaló a los profesores que guardasen aquellos materiales y objetos que quisieran conservar, pues el resto sería tirado. Los crucifijos siguen en el colegio, aunque guardados bajo siete llaves, no pudiendo acceder este periódico a ellos a pesar de solicitar verlos.
Dentro de la normalidad
Por su parte, fuentes de la Consejería de Educación de Castilla y León confirmaron desconocer el extremo de la retirada definitiva de los retratos reales. Para este departamento del Gobierno regional dicha circunstancia podría deberse a una norma no escrita de no colocar retratos de los Reyes o de cualquier autoridad del Estado en las clases, «como ocurre en todos los colegios», aunque sí se cumple con la obligación de ondear una bandera de España y Castilla y León en la entrada del colegio y retratos de los Reyes en espacios como el salón de actos. Además, desde esta portavocía se recordó que en la titularidad, gestión y mantenimiento de los centros escolares se entrecruzan competencias municipales y autonómicas.
Mutis fotográfico
Lo cierto es que este detalle, frente a la ostentosa desaparición de la Cruz, del mutis de la fotografía oficial de los Reyes de España, parece que pasó desapercibido para la comunidad educativa del colegio. Al menos así lo confirmaron ayer varios padres que conocieron este extremo por ABC. Por lo que manifestaron, sus hijos no les habían dicho nada al respecto, lo que quizá denota que toda la polémica que ha sitiado a este colegio se ha vivido con menos intensidad en las aulas.
De hecho, el ambiente en el colegio durante la visita que realizó ayer ABC al Macías Picavea no presentaba ninguna alteración en su quehacer cotidiano. Ni siquiera tras la sentencia conocida veinticuatro horas antes confirmando la obligación de retirar los símbolos religiosos de los colegios si de esta forma lo demandase una sola familia.
Los testimonios recogidos ayer a la hora de salida de los alumnos coincidieron en la hartura por toda esta situación. La petición unánime de los padres presentes era olvidarse de este capítulo y centrarse en lo esencial: mejorar la calidad de la enseñanza.
Mientras tanto, las reacciones de las partes implicadas en el conflicto judicial, la Consejería de Educación y la Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid recibieron la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León con idéntica insatisfacción, aunque por razones diametralmente opuestas. El consejero de Educación, Juan José Mateos, por un lado mostró su conformidad en el reconocimiento que hacen los jueces a la potestad de los consejos escolares para decir «algunas cosas en sus centros», pero, por otro, consideró muy negativa la judicialización a la que se ha llegado de la enseñanza y pidió que todos se centren «en los verdaderos problemas de la educación», a la vez que recordó que su departamento «no se dedica ni a poner ni a quitar crucifijos».
Por su parte, los promotores de la iniciativa judicial calificaron el fallo como «salomónico» y anunciaron la presentación de recurso ante el Supremo, al considerar que se vulneran derechos constitucionales.
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