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Lo que no sabes de la trufa negra (lo bueno y lo malo)

La trufa sube a los altares las creaciones culinarias más sencillas y las más osadas, si se utiliza con conocimiento y justa proporción

Ravioli de Molino de Alcuneza

Emma Sueiro

Me declaro devota de la trufa negra porque sube a los altares palatales las creaciones culinarias más sencillas y las más osadas, si se utiliza con conocimiento y justa proporción. Y soy contraria, fundamentalista acérrima, cuando se trata del aceite de trufa, que ... destroza cualquier plato . Primero, porque no se hace con trufas reales; es un producto sintético que combina «tioéter» (2,4-ditiapentano), uno de los numerosos aromas que se encuentran en este hongo, y una base de aceite de oliva (si lo es) que «está cambiando el entendimiento común de cómo debería saber una trufa», como declaraba Daniel Patterson (dos estrellas Michelin en Coi, San Francisco), en el New York Times. Considero que es labor de cocineros y divulgadores de la gastronomía el educar al comensal en su rechazo.

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