La Vera, el pequeño imperio natural
Recorrer el casco antiguo de los pueblos de La Vera, como Pasarón, es un placer al caer la tarde; los lugareños sacan las sillas a la calle y te saludan
luis p. arechederra
Sobre la ladera sur de la Sierra de Gredos se abre paso una comarca extremeña de corto nombre y larga historia, con una vegetación muy extensa gracias a la encantadora presencia del agua, que desciende de la montaña en busca del río Tiétar. Es ... La Vera, un conjunto de pueblecitos donde la vida transcurre despacio entre calles estrechas , la región que eligió el mayor emperador de todos los tiempos para retirarse en sus últimos años de vida.
Debilitado por la gota y la melancolía, Carlos I de España y V de Alemania decidió descansar en un rincón perdido a pocos kilómetros de Cuacos , entre castaños, donde se levanta el Monasterio de Yuste, de la orden de los Jerónimos. Un enclave que embelesa con sólo mirar la sierra. Junto al monasterio construyó Carlos V su palacio, de influencia italiana, con tapices flamencos. En el camino a su retiro, hizo una parada en otra población verata que merece la pena visitar: Jarandilla. El emperador se hospedó en el castillo de los Condes de Oropesa, del S.XV, que es hoy el Parador Nacional Carlos V. Una fortaleza que contiene un coqueto patio de armas donde se puede sentar uno a la sombra y degustar la riquísima cocina extremeña: migas, sopa de tomate, caldereta de cabrito, aderezado con el pimentón de la región, el mejor del mundo.
Para escapar del calor veraniego, la montaña ha regalado a los lugareños hasta 48 gargantas, muchas de las cuales forman piscinas naturales donde darse un baño refrescante. El agua, casi transparente, está bien fría, pues viene directa de Gredos. Una de las más carismáticas es la de Cuartos, en Losar; alrededor de Jarandilla, destaca la de Jaranda. Todas ellas abren rutas en las que hacer senderismo. Aire puro. Montaña. Agua. Vida. La Vera.
Otro pueblo precioso es Pasarón de la Vera , uno de los cinco conjuntos históricos artísticos de la comarca. En él se encuentra el imponente palacio renacentista de los Condes de Osorno, construido por Manrique de Lara. En verano, las singulares calles de piedra están vacías: los paisanos juegan al "tute" en el bar de Jesús o de Domi.
Pasarón guarda un secreto subterráneo. Por debajo de algunas calles, como la Real que lleva a la Iglesia del Salvador, hay un laberinto de bodegas de vino. Los bajos de las casas aportan pistas: asoman ventanitas verjadas que hacen de respiraderos. En este pueblecito hay una agradable sorpresa cultural: aquí tiene su museo el pintor Ricardo Pecharromán . Con una extensa obra de arte abstracto, es el único museo en España en el que el propio artista enseña sus colecciones.
Recorrer las calles de Pasarón de la Vera y de los demás pueblos es un placer al caer la tarde. Por la noche el calor remite y los lugareños sacan sus sillas a la calle para "tomar el fresco". Si usted pasa, le saludarán. El que fuera soberano de alemanes y españoles, desde Nápoles al Perú, no se equivocó: de todos los rincones del mundo, eligió La Vera, bella región, la más natural de España .
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