Fin de semana en Vigo: direcciones para no fallar a la hora de comer

Pistas para organizar con criterio una escapada a la ciudad más poblada de Galicia

En la imagen, la sala de La Mesa de Conus

En la orilla sur de la ría que lleva su nombre, frente al Atlántico, Vigo es la ciudad más poblada de Galicia. La antigua villa marinera se ha convertido en una próspera urbe que, como ocurre en todo el sur gallego, ofrece innumerables ... atractivos, incluida una oferta gastronómica de mucha categoría, sustentada en unas materias primas de máxima calidad, bien en preparaciones sencillas que respetan todo su sabor, bien en elaboraciones más sofisticadas ejecutadas por una nueva generación de cocineros.

No hay que olvidar que en Vigo estuvo asentada Toñi Vicente, la impulsora de la moderna cocina gallega que fue cabeza de turco en un turbio asunto de venta de vieiras capturadas por furtivos que acabó con su brillante carrera profesional. Quince años después, la gastronomía de Vigo goza de muy buena salud, con mucho y bueno para elegir. Restaurantes lujosos o modestos donde se come francamente bien. Lógicamente la principal especialidad son los productos marinos, los de las rías y los de mar abierto. Una inmensa variedad, mucha calidad y elaboraciones muy diversas, hacen de estos establecimientos destinos obligados para el viajero.

Tres propuestas nos gustan especialmente: Silabario, Maruja Limón y La Mesa de Conus. El primero está en la sexta planta de la sede del Real Club Celta (Príncipe, 44), con buenas vistas del puerto y al entorno de la ciudad. Alberto González Prelcic apuesta por la simplicidad a través de platos con pocos elementos que dejan el protagonismo al producto. Siempre jugando con la combinación de mar y montaña, algo que le permite la riqueza de la despensa gallega.

En Maruja Limón, justo enfrente del Club Náutico (Montero Ríos, 4), Rafa Centeno desarrolla una cocina muy personal, potenciando el producto gallego y en una permanente revisión de sus raíces. Todo con una visión muy fresca, la de un cocinero autodidacta que ha ido buscando marcar una línea propia. Y lo ha logrado.

En cuanto a La Mesa de Conus (San Roque, 3), todo se desarrolla en una barra tras la que Víctor Conus, con una única ayudante, ofrece un interesante menú degustación que varía en función de lo mejor del mercado. Una apuesta decidida por el producto de temporada y de proximidad, y también por elaboraciones clásicas, con destacada presencia de fondos y salsas bien trabajados.

Para los que busquen marisco, la mejor dirección es Casa Obdulia (Avenida de Galicia, 140) una marisquería abierta hace casi medio siglo que mantiene una notable oferta de productos marinos de las lonjas próximas a Vigo. Más informal, Morrofino (Serafín Avendaño, 4) es una taberna joven, con una visión actual de la cocina y con el producto gallego como protagonista. Y por último, recomendable la cocina peruana del limeño Juan Carlos Perret en Kero (Castelar, 6), que trabaja muy bien la fusión entre el recetario de su país y la rica materia prima local.

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