fiestas de agosto
Bosé, un gran artista en un escenario abrasador
El abanico fue el objeto más utilizado por el público que asistió al espectáculo
mer fernández
Este miércoles, primer día de fiestas en Toledo , el concierto de Miguel Bosé era una de las citas más esperadas. La carpa del recinto de La Peraleda disfrutó de dos horas de espectáculo sin tregua durante las que se pudo ver al ... Bosé de siempre, elegante y con estilo propio. De fondo, una pantalla de LED de unos 16 metros. Si bien la audiencia, en su mayor parte fans incondicionales del artista, estuvo encantada con su presencia, padeció un escenario caluroso y con una acústica que dejaba que desear. Uno de los objetos más utilizados fue, sin duda, el abanico. Además, la audiencia acabó ocupando el final de una carpa que al principio se encontraba vacía y que, al final, sirvió para dar un respiro a la aglomeración acumulada en las primeras filas.
Los asistentes, en su mayoría, se lamentaban de tener que ver a un cantante de la talla de Miguel Bosé en una carpa completamente cerrada «cuando Toledo cuenta con recintos como la Plaza de Toros que en estas fiestas no va a ser utilizada y se podría haber usado para acoger al artista».
Miguel Bosé comenzó su repertorio con «Mirarte», «Duende» y «Nena», tras lo cual dio las gracias a un público toledano que, en gran parte, sobrepasaba los 40 años, reconociendo que, para él, era «una noche de magia » en la que ponía fin a lo que ha sido una gira de celebración de 37 años de éxitos musicales . Tampoco faltó su llamada a la paz por la que afirmó «luchar cada día para que mis hijos puedan disfrutarla, porque no hay peor juguete que haya inventado el hombre que la guerra». A eso de la décima canción, Bosé se sentaba con su coro para llevar a cabo un semi acústico con canciones «que la primera vez que suenan atrapan aquello que hay alrededor de manera que cuando años después vuelven a sonar, lo atrapado regresa tal cual fue retenido». Este era el momento de sus canciones con más años como «Te diré», «Morir de amor», «Don diablo» o «Creo en ti». Sus últimas canciones se hicieron de rogar por un público que no estaba dispuesto a irse sin escuchar «Morena Mía», «Estuve a punto de...» o «Amante Bandido».
Entre los asistentes pudo verse al concejal de Cultura, Jesús Nicolás, de un lado para otro de la carpa pendiente de que todo saliera según lo planeado pero que, seguro, también padeció el calor fruto de una mala elección de escenario.
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