«Para, por favor, no respiro, Fran, para ya», dijo antes de morir la mujer asesinada en Torrijos
Rossmery. Q. A. de 39 años recibió varias puñaladas ante la mirada de dos de sus tres hijos, todos menores
Asesinada a puñaladas en el abdomen una mujer de 39 años en Torrijos (Toledo) en un presunto caso de violencia machista
Javier Guayerbas
Torrijos
Rossmery Q. A. y Franklin M. M. vivían en el número 12 de la calle Cirilo Montero de Torrijos (Toledo) desde hacía poco más de un año, en el entorno de la estación de autobuses. La joven pareja, de 39 y 45 años, respectivamente, tenía ... tres hijos, menores, con los que convivían en este primer piso en régimen de alquiler. Eran nuevos en el municipio y su relación con el vecindario se limitaba a los buenos días en el rellano.
Cuando faltaban diez minutos para la una de la tarde, varios vecinos fueron conscientes de que la discusión entre Fran y Rossmery iba a más, nada que ver con las disputadas habituales que mantenían cada semana. «Los gritos eran muy fuertes y sobre todo los golpes en la pared», comentaba a ABC una de las residentes en el portal aledaño al del siniestro. «Mi casa da pared con pared a la suya», explicaba, aún conmocionada. «Aunque no los conocíamos mucho en el barrio una noticia así te rompe el alma», aseguraba.
Esta vecina también afirmaba que las últimas palabras que escuchó de Rossmery, entre gritos, con una voz entrecortada y desgarradora, fueron «para, por favor, no respiro, Fran, para ya», en ese momento, «llamamos a la Policía Local para decirles que algo no iba bien», fueron los primeros en llegar al escenario del crimen.
Tras atravesar la puerta del piso, a la que le faltaban piezas originales de madera, como de haber sufrido golpes, aunque reparada con tableros y clavos, y decorada con un Papa Noel y un letrero de '¡Feliz Navidad!', los agentes se encontraron a la víctima tendida en el suelo, sin vida, apuñalada en el abdomen, y al presunto agresor, excitado, con heridas por arma blanca.
En un rincón, sollozando, sus dos hijos menores, quienes presenciaron tan atroz situación. «Un policía fue el primero en salir con uno de los pequeños cogido en brazos, su cara era de asustado, la del policía, bañada en lágrimas», cuenta uno de los testigos a este diario.
Otro de los vecinos aseguraba que el foco de las discusiones eran las infidelidades de Fran. «La escuchábamos a ella dar voces y recriminarle que le era infiel», comentaban, aún sin entender cómo estos enfrentamientos han terminado con la vida de Rossmery. «Es una pena, lo ves en la televisión, pero no piensas que vaya a ocurrir aquí al lado de tu casa, porque se les veía normales, no me lo esperaba de él», indicaban.
Y ahí, en esa normalidad, es donde radica uno de los principales problemas de esta lacra social, la de la violencia machista, pues de confirmarse, Rossmery sería la mujer número 42 asesinada en España por su pareja o expareja en lo que va de año.
Amplio dispositivo
Hasta una decena de agentes de la Guardia Civil aseguró la zona, cortando el paso tanto del tráfico como de los viandantes. La comitiva judicial inició la investigación in situ y la jueza autorizó el levantamiento del cadáver pasadas los cuatro de la tarde. Los operarios de la funeraria Rodríguez Bahamontes que trabaja en el municipio procedieron a introducir el cadáver en el furgón sobre las cinco menos cuarto.
En la calle, justo en el portal, la pareja tenía aparcado su coche, un turismo de cinco plazas de color blanco. En su interior, dos paraguas y un parasol rojo metalizado. El coche llevaba estacionado en esa plaza de aparcamiento desde el martes por la tarde-noche.
En la terraza de la casa nada hacía presagiar la tragedia que se había vivido en el interior. Dos tendederos de ropa, un cubo azul, una bayeta amarilla, una silla plegable y la bicicleta azul de uno de los niños. El toldo de lona verde a medio bajar y las persianas de ambos balcones levantadas. Una escena cotidiana de una familia que reside bajo un mismo techo.
En el edificio, de dos portales, sus cuatro locales comerciales se encuentran cerrados a cal y canto, en alquiler. Varios vecinos se acercaron a la zona tras enterarse del asesinato, y otros preguntaban por lo ocurrido, alertados por el amplio dispositivo desplegado por la Guardia Civil.
Atención psicológica
Los tres menores, tras abandonar el piso, han recibido atención psicológica a través del Centro de la Mujer y de los Servicios Sociales, mientras que la Consejería de Igualdad del Gobierno de Castilla-La Mancha ha puesto a disposición de la familia y de sus seres queridos asesoramiento, acompañamiento y apoyo psicoemocional.
Desde la Consejería confirmaban, así, que la víctima ya había sido atendida en el Centro de la Mujer de Torrijos desde el pasado mes de octubre, pero no había interpuesto denuncia y no contaba con medidas de protección. Rossmery sí que habría trasladado información sobre su relación y la convivencia con el presunto agresor a las autoridades, pero no había manifestado ningún dato en relación a episodios de violencia física, que los vecinos sí confirman.
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